Hace 36 años un tipo llamado Alvin Kennard entró en una panadería de Alabama. Por entonces, Alvin era un muchacho espigado, y con cara de buen tipo. Pero, aquel muchacho negro sacó un cuchillo y le exigió al tendero que le diera todo el dinero de la caja. Cogió los billetes y agarró las monedas que la prisa la permitió para marcharse corriendo. Se llevó 50 dólares con 75 centavos.Le arrestaron, le juzgaron y fue condenado a cadena perpetua. Nadie resultó herido en aquel atraco; pero, aún así, Alvin Kennard, a la edad de 22 años, fue condenado a pasar entre rejas el resto de su vida.
Eran los años 80 en Estados Unidos, y en el estado de Alabama regía la llamada Ley para Infractores de Delitos Habituales. Se trataba de una legislación inflexible implantada para disuadir a los reincidentes. Y sucedía que Alvin tenía antecedentes, porque con 18 años estuvo involucrado en el asalto -con otros jóvenes-…en el asalto a una gasolinera. Alvin cometió dos delitos menores, pero nunca mató a nadie, a nadie le arruinó la vida. Y sin embargo, la ley por la que Alvin fue condenado no contemplaba ni la libertad condicional ni la reducción de la pena ni la reeducación ni la reinserción. Nada de todo eso le fue concedido con el paso del tiempo. La sentencia era a cadena perpetua y resultaba inapelable.
Con los años, aquella ley en el estado de Alabama fue revocada; ya no existía una legislación tan punitiva pero el sistema penal tampoco facilitaba la proporcionalidad de la justicia, la revisión de situaciones anacrónicas. Y el caso de Alvin no fue revisado. El sistema carcelario en los Estados Unidos propició que Alvin siguiera sumando lustros privado de libertad. Durante más tres décadas, para Alvin la vida transcurría en una cárcel. Aunque en ningún momento fuera un recluso con consideración de peligroso ni tuviera comportamientos de inadaptación grave. He de enfatizar que no ha sido un preso conflictivo por muy controvertida que fuera su situación. De hecho, según la abogada de Alvin, él logró rehacer su vida en la cárcel, lo consiguió a pesar de albergar muy pocas esperanzas de recuperar la libertad.