El batacazo de la economía española en el primer trimestre del año ha sido tan previsible como preocupante. España está a un paso de la recesión, que tiene pinta de ser mucho más intensa que la anterior. La ventaja es que ahora el Estado tiene dinero para gastar y lo gasta. Cuando las reservas se agoten habrá que elegir entre las dos visiones económicas tan distintas que tienen dentro del Gobierno. Hay tres opciones: Pedro Sánchez se pliega a las exigencias de Podemos y empiezan las subidas de impuestos y la presión a las empresas. Dos, se impone la mirada más socialdemócrata del PSOE. Se avecina una nueva guerra a librar en el seno del ejecutivo.