Vladimir Putin responde al destrozo del puente de Crimea que tanto daño le ha hecho bombardeando civiles e infraestructuras. En Putin convergen dos circunstancias: su falta de escrúpulos y su necesidad imperiosa de ganar esta guerra para mantener su autoridad. En Rusia.
Para ello parece no dudar ni en utilizar las bombas, los misiles o la energía. Tiene en su mano el grifo del gas europeo. Y controla junto a Arabia Saudí casi la mitad de la producción petrolífera. Ambos países han decidido empezar a subir el precio del crudo.
De momento, el mundo se mantiene en vilo ante los próximos pasos del dictador. El mundo pero no todo. El 2 de marzo de 2022, de este año, Podemos, Bildu e Izquierda Unida, todos socios del gobierno, se opusieron en el Parlamento Europeo, a ampliar las sanciones a Rusia. Conviene recordarlo.