La reducción de los gastos electorales es el intento de los partidos de expiar ante los españoles su imagen. Intentan con la letanía de la austeridad que se les disculpe su ineficacia para formar gobierno. Pero no se engañen. El dinero que se ahorran no revierte en la sociedad. Se queda en las arcas de las formaciones. Así que no se trata de sensibilidad social sino de una operación cosmética. Y aún así, bienvenida sea. Sobre todo si sustituyen carteles, fotos y mítines por debates.
Editorial de Elena Gijón: "La reducción de gastos electorales no es sensibilidad social sino una operación cosmética"
La reducción de los gastos electorales es el intento de los partidos de expiar ante los españoles su imagen. Intentan con la letanía de la austeridad que se les disculpe su ineficacia para formar gobierno. Pero no se engañen. El dinero que se ahorran no revierte en la sociedad. Se queda en las arcas de las formaciones. Así que no se trata de sensibilidad social sino de una operación cosmética. Y aún así, bienvenida sea. Sobre todo si sustituyen carteles, fotos y mítines por debates.