El post de radioestadio

Ancelotti, en el punto de mira de la afición

Edu García hace un repaso por las novedades del mundo del deporte.

Edu García

Madrid |

Si a la Jurado se le rompió el amor de tanto usarlo, a Ancelotti le ha pasado lo mismo con su vestuario. Uso, disfrute y “jartura” de títulos amén de otras muchas cuitas que los analistas se encargan de espolvorear. La teoría extendida de que algo que funciona no se debe tocar… Está en alto riesgo y peligro. Porque el río nunca es el mismo. Y los equipos en el campo, más o menos igual. Además evolucionar no es tirar por tierra el trabajo hecho.

Los defensores irredentos del técnico italiano han llegado a señalar de edadistas ciertas críticas, amparando una supuesta desconexión entre lo moderno y revolucionario, dándole patente exclusiva al fútbol de vanguardia solo a los pelos negros y los músculos tonificados. Yo no me lo creo. Si Carlo deja el banquillo del Bernabéu no es por viejuno y caduco, es porque los leones solo cambian de hábitos con un domador nuevo y un látigo a estrenar.

Menos críticas en público recibe el presidente, solo se bisbisea que también se equivocó en no invertir, en no planificar, en pensar que no era necesario repoblar y regenerar.

Florentino Pérez sigue rodeado de una mezcla de misticismo y temor, como si su palabra y su plan fuesen infalibles, como si solo los demás se equivocaran. Dicho esto, los suyos le protegen. Alguno se pregunta cuando fue la última rueda de prensa que concedió. Seguramente hace menos tiempo… que cuando se lanzaron los últimos reproches o silbidos a ese palco.

El Real Madrid es un mastodonte del deporte, las finanzas, las proyecciones, pero depende para muchas cosas de la dirección que coja un balón. Al parecer Xabi Alonso es el escogido para ponerse al frente de todo. Tipo serio, exitoso y conocedor de la extrema exigencia de esta casa. Y con mucha personalidad, que se lo digan al fisco español y sus inspectores. Ahora se trata de saber cómo y cuándo será el adiós. Rubalcaba decía que los españoles enterramos muy bien… ¡Otra cosa es cómo matamos!