Juanjo de Santander nos recuerda que cuando era pequeño su padre le leía cuentos de mitología griega. "Era impresionante, tengo el recuerdo de ver las ilustraciones, muy bien adaptadas para los niños", dice, y añade que ahora conserva ese "gusto por la Historia y la mitología".
Desde Pontevedra nos llama Marta, que leyó "todos los clásicos, 'Caperucita', 'Pulgarcito'..." Recomienda además otros más desconocidos, como 'Cuentos de la selva', de Horacio Quiroga, o los de Poldy Bird, como 'Cuentos para Verónica' y 'Cuentos para leer sin rímel'. "Yo misma escribí un libro también, 'Cuentos para sonreír y emocionarse'", destaca.
En Madrid se encuentra María, que nos dice que tiene cuatro hijos y cuatro nietos y que a todos les ha contado "el mismo cuento". Explica que se trata de una historia inventada, en la que ellos son los héroes y donde aparece siempre un castillo mágico con un fantasma, pero que "la versión la voy adaptando según el nieto".
También desde Madrid nos llama Pepi, que recuerda que su padre les contaba todas las noches el cuento de los siete cabritillos y el lobo, pero que "nunca se acababa porque mi padre siempre se dormía". Además, nos dice que tiempo después fue ella la que se dormía leyendo 'Caperucita Roja' a su hija.
Y nos vamos a Sevilla para escuchar a Fran, que nos habla de 'Donde viven los monstruos', un cuento que hace que los niños "pierdan el miedo". Y recomienda también uno para los mayores, 'El amor y la locura', de Mario Benedetti. "No tenemos que perder el gusto cuando somos adultos", sentencia.