Antonio de Málaga, nos cuenta una medida infalible que se ponía en práctica en el mundo rural: "cuando suspendías te ponían a trillar todo el verano, al año siguiente se te quitaban las ganas de suspender". Por ello, él mismo utilizó un método similar con su hijo que "aprobó el recreo y poco más" y es que Antonio afirma que "poner a los hijos frente a la realidad da un resultado positivo".
La misma filosofía puso en práctica Miguel de Madrid. Su hija de de 18 años suspendió cinco asignaturas por lo que la puso a trabajar en la empresa familiar. Después de pasarse todo el verano repartiendo sacos de 20 y 25 kilos,ella misma decidió que la mejor opción era estudiar, "por no querer trabajar con su padre ha aprobado todo" asegura.
Además, hablamos con Carlos Pajuelo, profesor en la Facultad de Educación de Extremadura y autor del libro 'Cómo sobrevivir a los suspensos de sus hijos'. Pajuelo nos cuenta que "suspender tiene que tener consecuencias" pero recalca la importancia de que los hijos "sepan estas consecuencias antes de que les den notas,han de ser previamente pactadas y aplicadas" y deja un consejo para todos los padres que, como los oyentes que nos han llamado, tiene que hacer frente a las temidas 'calabazas': "es importante tener claro que no construimos aprobadores sino que les damos herramientas para que ellos mismos se construyan".