Agradezco, director, su reiterada confianza en mi capacidad para interpretar las intenciones de personas de intenciones tan difíciles de interpretar. Hay quien supone que Belarra y Montero le están diciendo a Sánchez después de calificar al PSOE como "partido de la guerra": y ahora, si te atreves, presidente, rompe la coalición, que como la rompas no podrás aprobar ni una ley en los dos años que quedan de legislatura. No lo descarto. La segunda escena, la de llevar el “no a la guerra” a la manifestación de mañana es una iniciativa de dimensión europea.
Y en todos los países, también en España, busca situar al movimiento feminista frente a los partidos socialdemócratas como una demostración de fuerza. La diferencia es que Podemos está en el gobierno. El acicate es que está perdiendo intención de voto, según las encuestas. Y el agravante es que la pierde frente al Partido Socialista y teme los movimientos de Yolanda Díaz. Con estos datos sobre la mesa, mi conclusión es: partiendo de que Podemos tiene ideología, la muestra agresivamente porque entienden que Sánchez no querrá quedarse sin apoyos.
De esa actitud vienen los efectos: el distanciamiento del PSOE se produce y se fuerza para exhibir identidad, difuminada en la coalición, como demuestra hoy la encuesta de El País, que dice que el PSOE abarca a toda la izquierda. PSOE tiene que recuperar espacio o se muere. Esa es, a mi juicio, la intención: está entre la supervivencia y la necesidad electoral.
