Sospecha personal: el PP entenderá la hoja de ruta del Comisario Didier Reynders porque coincide con la suya. La esencia es que los jueces elijan la mitad de los vocales, que es, dice el Comisario, el estándar europeo. Lo del gobierno es más dudoso. Dirá que bastante hace con asumir su derrota y renunciar a la reforma de las mayorías. De hecho, el ministro Campo ya sugiere que lo hace por generosidad, no por imperativo de Bruselas y, desde luego, sin reconocer que ha sido una victoria de Casado por su denuncia ante el Partido Popular Europeo.
Pero dejémonos de politiquerías: aquí se trata de despolitizar el Consejo del Poder Judicial. Se trata, en consecuencia, de limpiar la Justicia de toda mancha, incluso de toda sospecha, de manejo de los partidos. Esa es la cuestión. Y hay dos formas de hacerlo. Una, blanda, que sugiere el PNV: que los dos grandes partidos hagan el esfuerzo de proponer nombres que no molesten. No debiera ser tan difícil entre más de 5.000 jueces que hay en este país. La otra, la que dice Bruselas.
Y añado: si no se puede hacer porque supone abrir un lento proceso legislativo, renuévese ahora el Consejo con la ley vigente y adquiérase el compromiso de elección directa en la próxima renovación. Pero esa también tiene un problema para Sánchez: que es una idea del PP. Estoy por pensar, Alsina, que todo seguirá siendo imposible. Con lo cual solo hay una salida: que la Unión Europea, en vez de sugerir, imponga su autoridad.