OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Sánchez, Iglesias y Rivera tocaron a tres minutos por cabeza con Obama"

Ganó la Eurocopa y sucede a España como campeón de Europa entre naciones. Ocho años de reinado terminan. Y ocho años, a la vez, de Vicente del Bosque.

Carlos Alsina

Madrid | 11.07.2016 08:12

Los ocho años que en Estados Unidos ha estado de presidente Obama. Esto también se va acabando, la presidencia del primer negro que llegó a la Casa Blanca. Este fin de semana ha realizado su última visita a Europa —salvo que pase algo gordo de aquí a enero— y el último país en el que ha puesto un pie ha sido el nuestro.

Más que un pie, medio pie. Visto y no visto. Nos ha hecho la visita del médico y sin pisar la calle. El viernes comentábamos a esta hora, pendientes aún del asesinato de policías en Dallas, que o se suspendía la visita entera o se quedaba en las raspas.

Ya se fue Obama. Rajoy le regaló un jamón. Y Obama le regaló a Rajoy una frase. O incluso dos, porque ayer estaba generoso. La primera fue ésta.

Y la segunda, ésta otra.

Dos frases de respaldo obámico para el gobernante Rajoy. Que siendo probablemente el menos parecido a él de todos los líderes mundiales —y que iba con McCain en 2008—, es visto por el presidente estadounidense como un socio leal y, sobre todo, aplicado.

El tercer regalo a Rajoy fue la manera en que despachó Obama el encuentro que había anunciado con los tres aspirantes a la presidencia (que lo eran, entiéndase, cuando se cerró la agenda de esta visita): Sánchez, Iglesias y Rivera. Recibirá a los tres, se dijo entonces, la Casa Blanca siempre distribuyendo los huevos en varias cestas, por si las moscas. Ahora que ya han pasado las elecciones, el interés del gobierno americano por cuidar la relación con los otros tres seguramente ha decrecido. También en Washington, como en España, la impresión general es que seguirá Rajoy, aunque aún no se sepa cómo.

Obama despachó a los tres tenores en diez minutos ¡los tres! A tres minutos por cabeza tocaron. Y los trató como si fueran los tres iguales —que esto es lo que peor le viene a Pedro Sánchez—, sin distinguir quién ha quedado segundo, quién tercero, quién cuarto.

• Sánchez se declaró encantado de haber podido hablar con Obama de la situación política. Y de la cooperación hispano estadounidense. Y de baloncesto.

• Iglesias en su tradición obsequiosa: le llevó un libro dedicado y publicó en twitter la dedicatoria (porque más que a Obama estaba destinada a su parroquia). Dura más, por cierto, la dedicatoria que el tiempo que pudo hablar con Obama. El libro es sobre la brigada Lincoln, cuya historia, como el propio Iglesias quiso precisar en su tuit, Obama, qué sorpresa, ya conocía. De la campaña de Izquierda Unida contra la visita del presidente prefirió no escribirle nada.

• Y Rivera, en su nueva tradición viajera, lo que le anunció a Obama es un viaje. Que hará el lider de Ciudadanos a final de mes a Filadelfia para ver cómo es la convención del Partido Demócrata. 27 y 28 de julio, aprovechando, se supone, que aunque el Congreso de los Diputados ya estará activo no habrá, calcula él, ni investidura ni ningúna otro asunto relevante.

Conclusión: ni Sánchez, ni Rivera, ni siquiera Iglesias le plantearon a Obama modificación alguna de la relación de nuestro país con el suyo, ni en las bases, ni en la Otan, ni en las relaciones comerciales, ni en nada. Con la oportunidad que tuvo Podemos de sacarle a Obama el Tratado Trasatlántico de Comercio e Inversiones, y prefirió sacarle un libro de fotos. Con un par.

Sánchez le dijo al comité federal de su partido que será líder de la oposición. Incluso aunque no haya ningún gobierno. Más desprendido no se puede ser. Yo, de segundo plato, aunque no hay primero.

Líder de la oposición es una figura que usamos los medios de comunicación pero que no existe en términos parlamentarios. Y teniendo sólo 85 escaños, y un grupo a tu lado que tiene 71, vas a tener que repartirte el liderazgo con Pablo Iglesias.

El PSOE proclamó el sábado que los votantes le han elegido como la única alternativa real al PP —aquí el que no se consuela es porque no quiere—. Con otro resultado electoral, más boyante, podría sostenerse esa afirmación. Con 85 escaños no parece que sea uno muy alternativa a nada. Eso es lo que significa, en el fondo, esta frase manida, y que sólo sirve para despejar balones, que tanto gusta a Susana Dïaz: "los españoles nos han colocado en la oposición" Si estás en la oposición es que no se te ha visto como alternativa. Ése es el problema último del PSOE, que dejó de ser visto como la alternativa de izquierdas al PP por los cinco millones de electores que han preferido a Podemos.

Los socialistas no quieren que haya terceras elecciones pero tampoco quieren que siga gobernando el PP (porque si quisieran eso, ya estaba hecho). Se enrocan en este estribillo que dice: Rajoy, ponte a trabajar, que no vamos a hacerte el trabajo los demás, hombre. Un estribillo muy de campaña electoral. Y un poco ya caricatura.

Para Sánchez, en enero, había que esperar a que el rey te propusiera como candidato para abrir la negociación. Para Sánchez, en julio, dos semanas después de las elecciones si no has abierto el baile ya estás tardando. ¡Parsimonioso!

Rajoy, en realidad, ya ha abierto el baile a su manera. Es un baile lento, pero baile. Ha bailado con Coalición Canaria, cheek to cheek; ha bailado con el PNV, separaditos; e incluso ha bailado con Joan Tardá, el feroz independentista que quiere romper España y subvertir el orden constitucional, pero al que Rajoy invitó a unas pastas en la Moncloa.

Baile ya hay. Mañana están apuntado en la cartilla Rivera y Pablo Iglesias.

Y el hecho de bailar lento —piano piano— tenía una razòn, que contó aquí —-o admitió aquí— Pablo Casado—: dar tiempo al PSOE para que aclarara su postura en el comité federal de este sábado. Otro pronóstico erróneo del PP, pensar que el PSOE iba a abrir la puerta a un posible acuerdo aunque fuera sólo para abstenerse uno o dos diputados.

El PSOE lo que necesita es una coartada para facilitar el gobierno de Rajoy. ¿Cuál? Pues que antes de pedirles que uno o dos diputados salgan al baño el día que se vote, convierta sus 137 escaños en 169, por lo menos. Que primero se gane el apoyo de Ciudadanos y algún otro “aliado natural” —lo del PSOE con los aliados naturales es para nota— y así esté más justificado, piensan ellos, permitir que gobierne porque tiene ya casi la mitad de la cámara. Lo explicaba Anabel Díez ayer en El País: que se acerque a los 170 escaños, sumando sumando, y luego ya hablamos.

Sólo así, gobernando Rajoy, puede Sánchez aspirar a seguir siendo lider de la oposición. Aspirar, porque antes habrá de revalidar su título de secretario general del PSOE.

En Podemos cada uno barre para sus tesis y achacan el fiasco electoral a lo que les conviene. Por fin apareció el argumento que ni Iglesias ni Monedero ni Echenique querían contemplar en el primer momento: la decepción de una parte de sus votantes por la forma en que se condujeron en el Parlamento.

Errejón sostiene que se atendió poco al elemento institucional. Monedero, que se le dio demasiada importancia.