Debate a cuatro. A diferencia de hace cinco meses, esta vez sí con Rajoy. Que ha dejado de pensar que un debate con tanta gente es un lío en el que no hay manera de hacerse entender. Y que también ha dejado de pensar que el debate que de verdad le interesa a la gente es el cara a cara de toda la vida, entre el primer partido y el segundo y usando como criterio su representación parlamentaria.
Quién nos ha visto y quién nos ve. En su derecho está el presidente a cambiar de criterio aunque sea por puro interés, puro cálculo, de lo que le interesa a él para salir mejor parado en las elecciones. Y en su derecho está Pedro Sánchez a rehuir cualquier debate en el que no esté Rajoy —como hace también Rivera— y a rechazar un cara a cara con Pablo Iglesias. Mucho hablar de Podemos en los mítines pero qué pocas ganas tenemos de discutir las cosas mano a mano.
De aquí al trece a los cuatro candidatos en danza igual se les ocurre alguna propuesta novedosa. Hasta entonces, van a seguir saliendo a todas en televisión, en todos los formatos posibles, porque a ustedes —-que son la audiencia— parece que les interesa vivamente. Lo mismo ver a Pablo Iglesias explicando a cuatro niños —los niños de política dicen lo que oyen en casa— que él no conoce de nada a Nicolás Maduro que ver a Pablo Iglesias hablándole de sexo de sobremesa, y la vida tan exigente que ha llevado siempre, a Susanna Griso. Está claro que Iglesias no necesita a Joaquin Reyes para salir doble.
En ocasiones, veo políticos en la televisión. Sólo falta que los saquen en las películas, las series y los concursos. “Saber y ganar”, por el título, sería el más adecuado.
Grandes novedades que nos dejan los candidatos en las últimas 24 h son las siguientes:
• Pablo Iglesias dice que la gente quiere cambio, la gente quiere cambio a la izquierda, y la gente quiere cambio a la izquierda liderado por él. “Viva Pablo” canta Viva la gente.
• Sánchez dice que en ningún caso facilitará un gobierno de PP. Pero que gobierno, hombre, tiene que haber. A ser posible, presidido por él mismo. Oiga, notición.
• Rivera dice que hay que dejar de lado los sillones y que Rajoy no es el hombre adecuado para limpiar España de corrupción. Es posible que esto no lo hubiera dicho nunca, aunque también es posible que lo diga cada tarde.
• Y Rajoy afirma que el candidato a presidente de Ciudadanos es Pedro Sánchez, y que eso, claro, a él le parece mal. Su candidato, el de Rajoy, es el presidente del PP. Que al menos hasta el próximo congreso del partido, si es que alguna vez vuelve a celebrar un congreso este partido, sigue siendo Rajoy. Mi candidato soy yo mismo, es lo que está diciendo Rajoy en un giro argumental también verdaderamente inesperado.
Hay otras novedades que no quiero dejar de compartir con ustedes.
• Rajoy dice que lo democrático es que sea presidente quien gane las elecciones.
• Sánchez dice que lo democrático es que sea presidente quien tenga más diputados a favor.
• E Iglesias dice que lo democrático es que sea presidente quien diga la gente.
• Rivera no se pronuncia porque no es plan de andar hablando todo el día de sillones.
Que dice Susana Díaz que ella se casó con un tieso. No lo ha dicho en el Hola, en una entrevista personal sobre sus relación de pareja. Lo dijo en el parlamento andaluz ayer, presentando las nóminas del cónyuge, Moriche, como prueba de que el marido cobra poco.
El asunto, obviamente, no es si el marido de la presidenta ganaba poco o ganaba mucho (ganar poco no es en sí mismo ni mérito ni demérito) sino de dónde salía el dinero que cobraba de la UGT y si estaba justificado que lo percibiera. Y también, si el PP tiene base para sugerir que el marido se benefició de los cursos de formación y la presidenta tiene paralizada la revisión de ese expediente o está en lo cierto la señora Díaz cuando acusa a los populares de sembrar el parlamento de insidias.
Si en Andalucía son los cursos de formación el asunto con el que la oposición trata de debilitar a la presidenta autonómica, en Murcia es la púnica lo que tiene al presidente regional Pedro Antonio Sánchez, en los papeles. El martes dio rueda de prensa el señor Sánchez antes de que se publicara el sumario del caso. Y, una vez publicado, parece que ha perdido las ganas de seguir hablando. Esta mañana, al menos.
Lo que tiene la Guardia Civil sobre Sánchez son mensajes al tal Alejandro de Pedro pidiéndole quedar, en septiembre de 2014, para hablar de la posible contratación de sus servicios. A ver, no había delito en contratar a este señor por sus servicios, siempre que el contratante, claro, se lo pagara él. El hoy presidente de Murcia no llegó a contratar al tal De Pedro. Pero la guardia civil sospecha que estaba ya todo apalabradado y se habría firmado el contrato de no haber sido detenido, mientras que Sánchez mantiene que la iniciativa siempre fue del otro. Era muy insistente, dijo ayer. Alejandro de Pedro debe de ser un tipo modelo lapa, o brasa. Venga querer defender tu reputación en internet aunque tú te resistas.
Al final contrato nunca hubo. Y tampoco hubo, por tanto, pago. Según el presidente, porque nunca se fió. Según la guardia civil, porque a De Pedro lo detuvieron antes.