opinión

Monólogo de Alsina: "Estado de alarma elástico y con mando disperso"

Carlos Alsina reflexiona en Más de uno sobre la aprobación en el Congreso de la prórroga del estado de alarma hasta el 9 de mayo. Además, agradece a Illa que haya usado una entrevista suya para responder a Casado y solicita que acudan al programa Pedro Sánchez y Carmen Calvo.

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Carlos Alsina

Madrid | 30.10.2020 08:30

Un saludo cordial al ministro Salvador Illa. Que ayer subió a la tribuna del Congreso 'armado' con la transcripción de este programa para responder a Pablo Casado.

Tan sólo un mes y nada menos que un mes, a la velocidad a la que van los acontecimientos.

El ministro reprodujo lo que yo le dije a Casado al empezar la entrevista, sobre los cambios de criterio del PP respecto del papel que debe tener el gobierno central en la gestión de la epidemia. Parece que al ministro le gustó mi resumen.

La interpretación del ministro es que Casado vino a evidenciar que, en efecto, su partido no tiene las cosas claras.

Les confieso que nunca pensé que en un debate como el de ayer se me mencionara más a mí que a Fernando Simón, pero celebro que al ministro le pareciera tan interesante la entrevista. A mí también me lo pareció.

Bueno, basta. Si usted quiere volver a escuchar la entrevista con Casado (si usted es, por ejemplo, ministro de otra cosa y quiere oir la entrevista por si le sirve para su próxima intervención parlamentaria) la tiene íntegra en la web del programa.

Celebro que al ministro Illa le interesara ---a mí también me interesó--- y le ruego que me haga una gestión con su jefe, el presidente del gobierno, a ver si él también se anima a dejarse entrevistar algún día en este programa. Sólo se pueden citar en el Congreso las entrevistas que se han producido. Y el presidente se escabulle. Hace más de un año ya de la última vez. Más de un año. Y hace otro año que no se deja ver por aquí la vicepresidenta Carmen Calvo. A Pablo Casado yo le agradezco que se deje preguntar. De otros, ministro, no puedo decir lo mismo.

Bueno, estamos en la víspera del fin de semana de difuntos, con puente en seis comunidades autónomas y con trece de las diecisiete cerradas a la entrada y salida de personas. Lo del confiamiento perimetral autonómico ha hecho fortuna entre los gobernantes y sólo Feijoo, Fernández Vara, Armengol y Angel Torres se han abstenido de aplicarlo. Probablemente usted se acuerda o no, de que esto del confinamiento perimetral era una cosa que se aplicaba en municipios o comarcas (Igualada, en marzo, fue la primera), porque la idea era que allí donde estuviera localizado un brote, se contuviera perimetrándolo. Hasta hace diez días se confinaba por ciudades o por áreas sanitarias. Hace diez días Chivite innovó y en lugar de confinar Pamplona, o Tudela, confinó toda Navarra. Los demás han seguido la estela y ahora tenemos casi toda España cerrada, pero por regiones.

Nos hemos dejado enredar todos, me temo, estos últimos días en un debate estéril sobre si se debe confinar por días, o por siete días, o por diez días; si tiene sentido confinar sólo los fines de semana, o los puentes; si es encomiable confinar Barcelona por días pero no lo es confinar la región de Madrid por puentes porque si es región debe ser al menos una semana pero es ciudad basta que sean unas horas; o si es comparable el confinamiento perimetral de una región como Asturias con el de Castilla y León, por ejemplo, que tiene nueve veces más superficie que el Principado y linda con nueve comunidades autónomas y con otro país, que es Portugal. Ve y cuéntaselo al virus.

Ahora que ya tenemos estado de alarma elástico hasta mayo (elástico por lo que da de sí y porque va a permitir que cada autonomía ponga y quite lo que le vaya pareciendo), los gobiernos ya no tienen el problema de que los tribunales les tumben las restricciones a la movilidad y se han confinamiento perimetral como sucedáneo del otro confinamiento, el de todos a casa.

Para ser España un país con la memoria legislada, la tenemos todos un poco de pez. Porque esto que ahora se nos presenta como la forma más eficaz de combatir la epidemia (medidas distintas según donde usted resida) es justo lo que se nos dijo que era contraproducente cuando se declaró el primer estado de alarma. No sólo eso: el argumento principal de Sánchez para decretar la alarma en marzo fue… que no tenía sentido que cada región decidiera por su cuenta.

Cómo cambian las cosas. Y cómo se emplean los mismos argumentos para justificar, en marzo, el mando único y en octubre, el mando disperso.

Incluso los socios parlamentarios que ayer le aprobaron al gobierno los seis meses de alarma le reprocharon al presidente su empeño en quitarse ahora de en medio. Y algo más: muchos de los portavoces dieron por hecho que en breve estaremos hablando de algo más que el toque de queda o los confinamientos regionales.

Arrimadas es Ciudadanos, gobierno en comunidades como Castillla y León, cuya consejera de Sanidad ya ha pedido al gobierno que estudie abrir la opción del confinamiento domiciliario total a las regiones. Y Rufián, Esquerra, es gobierno en Cataluña, donde se está pidiendo a la población que se limite a ir de casa al trabajo y del trabajo a casa. Cuando Madrid estaba en 500 casos por cien mil Rufián nos explicaba a todos que la causa era la ineptitud del gobierno madrileño, la falta de inversiones y las privatizaciones. Ahora que es Cataluña –--donde él gobierna--- quien está en los 680 casos, las causas ya son variadas y, sobre todo, complejas. Globales, europeas, pandémicas.

A Fernando Simón le preguntaron ayer por el confinamiento total que se ha decretado en Francia. Él sostiene que España, aunque sigue empeorando, lo hace más lentamente que Francia. Y que por eso aquí, y con los datos que hoy tenemos, no ve necesario encerrarnos a todos en casa.

O traducido, que esperamos a ver qué efecto tiene el estado de alarma que empezó el domingo antes de plantearnos plantearnos otras medidas. Palabra de Simón.