OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "El programa de gobierno que defenderá Moreno Bonilla es el que pactó en diciembre con Cs"

De proponer como día de Andalucía la toma de Granada a entregar las llaves del go-bierno rindiendo, a lo Boadbil, el alcázar.

Ondacero.es

Madrid | 10.01.2019 08:14 (Publicado 10.01.2019 07:59)

Los doce diputados de Vox, que ha hicieron presidenta del Parlamento andaluz a una diputada de Ciudadanos (la veleta naranja) harán la próxima semana presidente de la Junta de Andalucía a un dirigente del PP (la derechita cobarde) sin entrar a formar parte del primer gobierno no socialista de esta comunidad autónoma y sin haber conseguido el compromiso de que el nuevo gobierno derogue la ley andaluza contra la violencia de género. Más que evocar a don Pelayo y la reconquista a quien hay que evocar, visto lo visto, es a San Reculando, el patrón de nuestra clase política. ‘Clase política’ de la que, naturalmente, forman parte los dirigentes de Vox por muy outsiders que ellos quieran ser vistos.

A esta misma hora les contaba ayer que sí, que Santiago Abascal (político profesional desde que terminó el COU) había aireado un documento de propuestas al PP que resumían su lista de anhelos políticos. Que se devuelvan competencias autonómicas, que se identifique a 52.000 sin papeles, que se condenen los ataques que ha recibido Vox, que se cambie el día de Andalucía. El programa de gobierno por si acaso algún día gobierna. Pero que, a la vez, su lugarteniente el señor Ortega Smith, había empezado a plegar velas de la famosa exigencia de deshacer la ley andaluza contra la violencia de género. El punto aquel del pacto PP-Ciudadanos cuya eliminación habían exigido los voxistas. Lo exigieron, lo exigieron, hasta que dejaron de exigirlo.

Empezaron reculando en esto y acabaron reculando en casi todo lo demás. El programa de gobierno que defenderá el candidato Moreno Bonilla el miércoles que viene es el que pactó en diciembre con Ciudadanos. Este otro documento que firmó ayer con Vox es un añadido que le permite a Vox decir que ha negociado y que forma parte del acuerdo pero ni corrige ni contradice lo que habían acordado Bonilla y Marín. A pesar del ruido que hizo Vox anteayer, en el acuerdo final no aparecen ni los 52.000 inmigrantes a los que había que desenmascarar, ni el estribillo de la ideología de género, ni la derogación de ninguna ley, ni la toma de Granada. El señor Smith les colocó a los periodistas un mítin estupendo…dando una versión del documento recién firmado bastante irreconocible y un minuto después de habérsela envainado en casi todo. En el programa de gobierno que la semana que viene apoyará Vox no está ninguna de las demandas que con más énfasis había reclamado el señor Serrano. Por cierto, a ver si en Vox le levantan ya la mordaza a Serrano y podemos preguntarle alguna cosa. Desde que empezó esta negociación tienen al hombre silenciado.Smith no suelta el micrófono y a Serrano no le dejan ni hacer los coros.

La mansedumbre con que Vox aceptó que el PP no iba a tragar con lo de la violencia de género y la toma de Granada da la medida de la distancia entre la fiereza de sus proclamas y la elasticidad que, en la negociación, han demostrado. Ellos eran los que nunca iban a tragar con componendas o frases huecas, los que obligarían a cambiar las cosas de verdad para terminar con la dictadura de lo políticamente correcto. Claro, uno espera que si el PP no te firma la supresión de las leyes feminazis, ni la detención de todos los sin papeles, ni la devolución de competencias, qué menos que haberle llamado, ¿cómo era aquello que decía Abascal? Ah sí, la derechita cobarde.

La derechita cobarde y la veleta naranja. Pues a la veleta naranja le dio Vox, sin com-plejos, la presidencia del Parlamento y a la derechita cobarde le va a dar la presidencia de la Junta. Va a hacer presidente, ironías del destino, al hijo político de Soraya Sáenz de Santamaría. Un sorayista. Un sorayista de esos socialdemócratas, acomplejados y cobardones, según el etiquetaje vóxista. Ése es Moreno Bonilla.

Hasta aquí llegó el serialito de la negociación. Dentro de una semana Bonilla será presidente, en minoría parlamentaria, y habrá que empezar a medirle (a él y a Marín) por lo que hagan, cómo lo hagan y cómo se conduzcan. Vox les estará esperando en cada votación parlamentaria exactamente igual que Esquerra y el PDeCAT esperan en cada votación a Sánchez para recordarle que la mayoría sólo la tiene incluyéndoles a ellos.

Pablo Casado supera el examen y neutraliza la división interna.

Albert Rivera salva los muebles.

• Y a la izquierda la baza de identificar a PP y C’s con posiciones extremas y alimentar la especie de que hay pactos secretos que no aparecen en los papeles.

Mire, a Pedro Sánchez, una vez que se pegó el leñazo andaluz y salieron las elecciones al revés de como él calculaba, le habría venido mejor ahora que Rivera se hubiera retratado cabalgando a la grupa del jinete Abascal y que Casado le hubiera comprado al sargento Smith su retahíla de anhelos vóxicos, pero, no teniendo ni una cosa ni la otra, tratará de sacar lo que pueda de este nuevo escenario predicando a todas horas contra la terrible radicalización de las derechas y el abandono del liberalismo y el centro. Aquí, cada cual a su estrategia y pensando todos en merendarle voto al de al lado.

La Moncloa se ha convertido en comentarista de la actualidad y cada vez que se produce un hecho emite una declaración opinando. Anoche el gobierno opinó sobre la formación de nuevo gobierno en Andalucía, para lamentarlo. Esto antes lo hacían los partidos políticos, ahora lo hace el gobierno de España. Que como es el gobierno de todos utiliza los recursos comunicativos de Presidencia para cargar contra Ciudadanos, el PP y su deriva hacia el machismo y la xenofobia. De lo de dar cien días a Bonilla y Marín a ver cómo se manejan, ni hablamos. Que se olvide Susana Díaz de ejercer como líder de la oposición en Andalucía porque ese puesto lo reclama ya para sí Pedro Sánchez. Socialdemócrata, liberal, centrista, profeta de la plurinacionalidad, artífice del 155, compadre de Iglesias, contrario a los anticapitalistas, y ahora también, relevo susanista como oposición al nuevo gobierno de Andalucía. Pedro lo es todo. Es el líder político total. Pedro es como los antibióticos. De amplio espectro.