Y no era Sandy quien empujaba, sino los adversarios de Alfredo -llamadme Alfredo- Pérez Rubalcaba. La Ejecutiva del Partido Socialista se reunió hoy por primera vez después de la doble derrota de las autonómicas vascas y gallegas, y sólo por eso -y porque en el partido hay mucho mar de fondo- tenía interés el acontecimiento. Todo el mundo sabe que esta ejecutiva es más alfredista que un editorial de El País (para eso la hizo él cuando ganó el Congreso Federal), pero incluso estando abrumadoramente al lado de secretario general que nunca ha llegado a romper en líder, tiene su versos sueltos, sus chaconistas de pedigrí o sobrevenidos a los que Rubalcaba nunca les convenció como remedio a los desastres que el PSOE venía sufriendo.
Si el resultado de las autonómicas hubiera sido digerible, las voces de los críticos no habrían pasado de ser un elemento anecdótico en el paisaje, un dolorcillo en el dedo meñique de tu pie izquierdo que no te impide pisar firme, pero como el resultado ha sido indigesto, las voces adquieren más peso y los críticos, reforzados, apuntan al talón de Aquiles del secretario general, que no es otro que su cara de efemérides, ser quien es, el Rubalcaba de toda la vida, o en palabras de sus críticos, el pasado.
En vísperas de Halloween, y cuando muchos de sus antiguos votantes ven al PSOE como Sleepy Hollow, un fantasma sin cabeza, el interés de la jornada estaba en saber si el resucitado Pepe Griñán -el hombre que regresó de la tumba que otros, prematuramente, le habían cavado- le diría abiertamente Fiz de Cotovelo (perdón, a Rubalcaba) que su sitio, más que en Ferraz, está en The walking dead: “Alfredo, admítelo, eres un zombi”.
Antes de acudir a la ejecutiva de hoy habrá releído Griñán el libro de autoayuda que escribió Max Brooks antes de su aclamada “Guerra mundial Z”. El manual se titula “Zombi, guía de supervivencia” y pretende ser una guía para protegerse completamente de los muertos vivientes. Tal como lo ve Griñán -y otros con él- Rubalcaba mantiene (en apariencia) sus funciones corporales y fisiológicas, pero políticamente ha entrado en descomposición y es cuestión de tiempo que se desmorone del todo.
Como bien sabe Griñán, uno de los consejos que ofrece Brooks a los cazadores de zombies es no hacer el trabajo solo, rodearse primero de un grupo que esté dispuesto a afrontar el riesgo de morir ellos mismos y que cuente con recursos para hacerlo. El kit estándar de un equipo cazazombies lo componen dos ganchos de escalada, cuchillos, linternas, un juego de espejos para hacer señales, un botiquín con alcohol y gasas esterilizadas y, naturalmente, armas de combate. Como bien sabe Griñán, que doy por hecho que ha estudiado esta guía de supervivencia, el arma más apreciada por los cazadores de muertos vivientes es la pala Shaolin, una vara de madera de un metro ochenta de largo con cuchilla campaniforme en un extremo y cuchilla con forma de media luna en el otro. De origen chino, y adoptada como arma por los monjes Shaolin, la longitud de la vara garantiza la seguridad de quien la usa, mientras que la doble cuchilla produce la decapitación inmediata del contrario. Por esas razones, y por su carácter silencioso, es muy preferible a la motosierra de La matanza de Texas, película muy de ser emitida esta semana y que también se les pasó por la cabeza a algunos de los asistentes a la ejecutiva de hoy.
“¿Qué aspiraciones tiene Griñán?”, le preguntaron a Rubalcaba esta mañana donde Herrera. “No lo sé”, dijo él, “pero le he escuchado opiniones estos días que hoy podremos debatir en la Ejecutiva”. Ésta es la cosa: que a Griñán, en el último congreso,lo hicieron reina madre para que no se quedara sin cargo orgánico, y ahora, a decir de algunos, a lo que aspira es a regente. Si es así, hoy todavía no lo ha evidenciado. La versión oficial de la reunión en Ferraz 70 dice que hubo contraste de pareceres pero dentro del máximo respaldo -por supuesto, unánime- a la continuidad del secretario general del partido. O dicho de otro modo, la versión oficial mantiene que todo se quedó en lo que Rubalcaba llamaba frases huecas en su entrevista con Herrera esta mañana. Hizo afirmaciones muy razonables el aspirante socialista.
Por ejemplo, que sería absurdo negar que están pasando cosas en su partido que le preocupan. Por ejemplo, que resolver el debate interno con expresiones vacías como hay que haber cambios o tenemos que abrirnos no conduce a nada serio, porque habrá que concretar qué cambios son esos que se pretenden o qué significa lo de “abrirse a la sociedad”, es decir, que tirar de comodín es una forma simple de aparentar que se participa de un debate pero sin aportar una sola idea aprovechable. O por ejemplo, que las familias españolas tienen bastante con sus muchos problemas como para andar preocupándose de lo que le ocurra a un partido político y sus dirigentes.
Todo muy sensato y muy pegado al terreno. Como lo son los discursos que hace Rubalcaba en la tribuna del Congreso, o en los mítines. Pero, copiándole el diagnóstico a Manuel Jabois, “todo vale en lo que diceRubalcaba, menos Rubalcaba; todo en su discurso es vigoroso, menos el PSOE”. Esta mañana dijo él “no me creo el más listo del mundo, pero sí tengo una cierta experiencia de gobierno y de partido, por eso me ofrecí para dirigir el PSOE”. Esa experiencia le indica, probablemente, que la ejecutiva de hoy no ha sido más que un primer aviso de lo que viene.
Hasta el 25 de noviembre la pala de Shaolin está guardada porque nadie quiere pasar por segador de la hierba menguante que hoy pisa el PSC. Pero después de las catalanas empuñarán la pala. Truco o trato, o pactas y repartes poder, o te hacen el truco de la trampilla en medio del escenario. Se abrió un agujero y se lo tragó. Elena Valenciano, Oscar López, Soraya Rodríguez deben de sentirse estos días como los reporteros del Weather Channel, elcanal meteorológico, cuando llega Sandy: todos con chubasquero y agarrados a una farola para sobrevivir a la formidable tormenta. La frankenstorm, que dicen los medios americanos, esta tormenta huracanada que está asustando a la costa atlántica de Norteamérica en esta semana de calabazas, fantasmas y difuntos. Después de las catalanas, en el PSOE, empieza Halloween.