EL BLOG DE ALSINA

La cumbre decisiva número n

Les voy a decir una cosa.

Si yo fuera Rajoy, estaría hoy con los pellejines colganderos en la garganta, un poco acongojado, porque la señora cuando está de buen humor es una mujer afable y grata, pero cuando está con la leche agria, mein Gott mein Gott, dicen que es como Hulk sin llegar a ponerse verde, y que quienquiera que esté a su lado empieza a encoger y encoger hasta sentirse diminuto.

 

ondacero.es

Madrid | 01.03.2012 20:23

De Guindos en la reunión del Eurogrupo
De Guindos en la reunión del Eurogrupo | Agencia EFE

La jefa de Alemania ha llegado a Bruselas esta tarde, para la cumbre decisiva número “ene” que celebran la Unión Europea, y una de las primeras cosas que habrá dicho es: a ver, los doce de la carta, que se presenten. Los “doce de la carta” son doce primeros ministros como ella -bueno, como ella no, más chiquititos- que firmaron una epístola hace dos semanas en la que ladinamente sugerían que recortar déficit está muy bien, pero que dado que hay países que ya se han quedado en las raspas igual sería bueno pensar también en un poquito de gasto público, a modo de desfibrilador, para evitar que, de tanto hacer las cosas bien, muramos de éxito. Naturalmente lo decían sin ánimo de molestar a nadie y menos que a nadie, a Ángela. La carta iba dirigida a Van Rompuy, que es como dirigírsela al conejo blanco porque no te atreves a entregársela a la reina de corazones (a ver, si en cuanto alguien no le gusta ordena que le corten la cabeza -en el cuento de Alicia, no en Bruselas, o igual también).

Iba dirigida al conejo, dijo a Van Rompuy, y estaba escrita en estilo vaticano, o sea, que no es que haya que leer entre líneas, es que requiere descodificador para entender el subtexto. Estos doce apóstoles del crecimiento, con el italiano Monti a la cabeza y el español Rajoy en condición de gregario, lo que vienen a decir es: “Mira, Angela, sabemos que tú eres una convencida del ajuste total, pero a nosotros, en realidad, quien nos ha convencido eres tú, y no del todo. Entonces, y sin que te lo tomes a mal, queremos animarte a que le dés una vuelta”. ¿A qué? A aflojar en el ritmo de recorte y meterle una guindilla, en forma de incentivos, a la actividad económica.

¿Cuál es el problema? Pues que Angela lleva ya mucho tiempo dirigiendo Europa y le tiene tomada la medida al resto, muchos de los cuales, por cierto, acaban de llegar, como quien dice, al gobierno. La táctica alemana siempre es la misma: en vísperas de una cumbre se hace la estrecha a todas las peticiones que le llegan y a última hora cede en aquello que le parece menos oneroso para desactivar todas las otras demandas. Merkel ha tragado hoy, después de semanas resintiéndose a hacerlo, con ampliar el llamado fondo de rescate (ese dineral en forma de avales que tenemos ahí por si acaso hiciera falta inyectarle financiación a algún nuevo país), y si ya ha tragado con el fondo de rescate, es poco probable que trague en nada más.

Lograr que la señora ceda en algo requiere mucha perseverancia; lograr que ceda en más de una cosa por cumbre requeriría de la intervención divina, mein Gott, mein Gott. La mayoría de los gobiernos euro están interesados en que se revisen los objetivos de déficit (porque la mayoría de ellos está, o va a estar, en recesión), pero el que más abiertamente lo viene reclamando es uno que se llama España y que llega a esta cumbre de hoy con el peor dato de déficit de 2011: el ocho y medio por ciento. No hemos significado tanto que ahora tenemos a la comisión europea rebotada y a la señora Merkel recelosa.

- Ven aquí, Mariano, ven aquí - le dirá en Bruselas la canciller al presidente del gobierno de España—. Tú, Mariano, mi amigo, ¿no te estarás ablandando?

Y el presidente, tragando saliva, que intenta agradarla.

-   Por qué me dices eso, Angela, si llevo dos meses haciendo poda y acabo de aprobar una reforma laboral que ha dejado al personal tiritando...

-   ¿Vas a recortar el déficit de España al 4,4, sí o qué?

-   Bueno, Angela, lo voy a recortar todo lo que pueda.

-   Mariano...

-   Yo hago todo lo que puedo.

-   Mariano, no me toques las narices que hablas como los estudiantes malos: con intentarlo no basta, tu obligación es conseguirlo.

Y Rajoy, que se decepciona, ¿no?

-   Chica, en Berlín te noté más receptiva. Hasta me pareciste simpática.

A esta hora de la tarde de otro día decisivo para el euro, la duda es cuanto hay de verdad y cuánto de impostura, de disimulo, en las posiciones públicas que unos y otros están manifestando. Alemania y la Comisión Europea, ¿se están haciendo los duros con España para que no parezca que basta con pedir tiempo muerto para cambiar toda la hoja de ruta, o es que realmente no tienen intención de ceder? el gobierno de España, cuando ahora dice que por supuesto que nuestro compromiso con el 4,4 sigue siendo válido, después de haber dicho ayer que haremos lo que podamos, ¿está anticipando una derrota, o sólo trata de bajar el volumen de la controversia para que la otra parte, la comisión, no se sienta presionada?

Almunia, que es el único español que es comisario europeo, insiste en que es una mala táctica presentar este asunto como un pulso, una batalla entre el gobierno de un país y las instituciones europeas porque éstas tienden a reaccionar mal, ¿verdad?, les entran ganas de decir: aquí se hace lo que nosotros digamos, aunque todo el mundo sepa que se hace, en realidad, lo que diga Ángela. Lo cierto es que el gobierno enfría, levanta el pie y rebaja expectativas. O en palabras del ministro García Margallo, que como mucho “podremos conseguir unas décimas”.

La tarea de convencer a los socios de que hay que replantear las metas volantes de España le ha correspondido esta tarde a Luis de Guindos, obligado a contar a sus colegas del Eurogrupo lo que aquí todavía no se ha contado, que es la letra menuda de los datos oficiales que la semana pasada publicó el gobierno. Aquí conocemos a cuánto asciende el déficit total de 2011 y a cuánto asciende el de la cada comunidad autónoma, ese ránking que encabeza Castilla La Mancha y del que sólo se salva Madrid. Allí lo que le están preguntando es por qué, en qué se va el dinero, qué partidas y en qué cuantía, es decir, qué parte del déficit es achacable a circunstancias excepcionales del año, al pésimo momento económico en el que estamos, y qué parte corresponde a déficit permanente, al estructural, que es el que más importa a las autoridades europeas. Las tripas del déficit, como dice Margallo, que del mismo modo que el gobierno está obligado a detallar ante nuestros socios, sería bueno que los gobiernos autonómicos se ocuparan de compartir también con los ciudadanos: no sólo la suma final (o la resta) del déficit público, sino sus causas últimas. La cumbre está en marcha e iremos contando, de aquí a las doce, a quién se le atraganta más la cena.

Antes, y para abrir boca, nos tomamos un carajillo a la salud de todos aquellos que publican en la red cosas interesantes...Por ejemplo Raúl Minchinela, que en su blog que se llama “No recomendable” rescata rarezas de hemeroteca verdaderamente interesantes. Desde el cartel de la compañía de zarzuela que en 1924 promocionaba a un niño artista llamado “Narcisín” que resultó ser Narciso Ibáñez Menta, hasta el anuncio de prensa que publicó en 1950  la Escuela de Radio Maymó, que ofrecía cursos de radio, televisión y “cine sonoro” por correspondencia y que se publicitaba con unas viñetas que anticipaban cómo sería el mundo del futuro, o sea, el nuestro: y aparecían ya ahí el teléfono móvil, la videollamada telefónica, las cocinas eléctricas, la incorporación a los coches de sistemas electrónicos de seguridad, los detectores de movimiento antirobo y el “radio-periódico”, que era una impresora que se conectaba a una red e imprimía el periódico, ¿en pdf?  Ah, y esta esquela que publicó el año pasado el Heraldo de Aragón en el que se informaba del fallecimiento de doña Ifigenia, mujer de 93 años que ha muerto, como decía la esquela, “muy a su pesar”.