OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Protocolo de campaña"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la polémica en torno al protocolo antiabortista en Castilla y León impulsado por Vox, un tema que incomoda enormemente a Feijóo y que a Sánchez le sirve para desviar el foco mediático de la sedición, la malversación, la vuelta de Puigdemont, etc.

Carlos Alsina

Madrid | 16.01.2023 08:43 (Publicado 16.01.2023 08:28)

Lo hizo en domingo y a última hora de la tarde. Hay que alabarle a la ministra de Sanidad, y candidata electoral, Carolina Darias, su sentido del deber.

El Gobierno exige a Castilla y León que cese en la restricción de los derechos de las mujeres

En domingo, transcurridos tres días desde la rueda de prensa del inefable (y antiabortista) vicepresidente de la Junta de Castilla y León, y habiendo dedicado medio gobierno las jornadas del viernes y el sábado a participar en actos de partido a mayor gloria de la campaña electoral, la ministra de Sanidad envió un requerimiento al gobierno de Castilla y León para ponerle firme: ‘Absténgase’, le dice, ‘de aprobar ninguna medida que vulnere la ley que rergula la interrupción voluntaria del embarazo’.

Y dice más: ‘En caso de que ya la haya aprobado, cese cualquier indicación al personal sanitario para que sugiera a la mujer embarazada pruebas no necesarias’. Y concluye: ‘Si no atiende mi requerimiento, ejerceré acciones legales’.

Traducido: el Gobierno se basa en la rueda de prensa del tal Gallardo el jueves, ésta en la que dijo que los médicos tendrán obligación de ofrecer a la mujer escuchar el latido del feto, para exigir al gobierno autonómico que cese en la restricción, dice, de los derechos de las mujeres.

De embarazos sabe poco pero de lo que hay que decirle a una mujer que decide abortar para que tome conciencia cree que sabe mucho

El protocolo en cuestión, como venimos contando, aún no se conoce. Se sabe esto que expuso, con tanto orgullo de partido como desconocimiento de la materia, el líder local de Vox.

Luego le preguntaron por la ecografía 4D y en qué semana se haría y respondió que él de embarazos sabe poco. De embarazos sabe poco pero de lo que hay que decirle a una mujer que decide abortar para que tome conciencia cree que sabe mucho.

Una vez que la mujer decide, y si cumple los supuestos legales, procédase

Tanto como para no entender que la mujer que llega a esa situación, y que decide interrumpir su embarazo, no tiene por qué sentir no ya que se la coacciona, sino que se la somete al chantaje emocional de animarla a escuchar cómo late el corazón de un feto de seis semanas.

Una vez que la mujer decide, y si cumple los supuestos legales, procédase. Sin una insinuación, una indirecta o una mala cara. Y sin que venga Gallardo a concienciarla. Ni la mujer tiene por qué ser disuadida ni el médico instado a disuadirla, que es de lo que trata, según la versión de Vox, su ansiado protocolo.

Según Mañueco, la versión que dio Vox el jueves es falsa

Pero expone la ministra su requerimiendo en modo condicional. ‘Si ya adoptado alguna medida, que la pare’. Alguna medida que vulnere la ley en vigor. La respuesta del gobierno de la Junta era previsible y llegó anoche en tuit de Mañueco: ‘No lo hemos hecho’. Y en comunicado de respuesta al comunicado del Gobierno. En el que dice que la ministra ya recibió el viernes una carta del consejero en la que le explica lo que sí dice el protocolo y lo que no. Paréntesis: según Mañueco, la versión que dio Vox el jueves es falsa.

No se atreve Mañueco a dar el paso siguiente, que es exigirle al de Vox que rectifique. Por no hablar de sacar al del latido de su gobierno

Atribuye a su vicepresidente haber dado una información equivocada que ha organizado una tormenta política pero no se atreve Mañueco a dar el paso siguiente, que es exigirle al de Vox que rectifique. Por no hablar de sacar al del latido de su gobierno. No es Sánchez el único que tiene la autonomía limitada para nombrar y desnombrar ministros, o consejeros. A ver si, como diría Feijoo, está el gobierno del PP intervenido por su socio. Cierro paréntesis.

Añade en su respuesta la Junta que el protocolo en cuestión no vulnera ninguna ley ni restringe ningún derecho y que ahora es ella, la Junta, la que solicita al gobierno central que se abstenga de invadir las competencias autonómicas. Choque institucional. Que, por supuesto, es reflejo de la campaña electoral eterna en la que vive España.

A Sánchez le ha venido Vox a ver, porque desvía el foco de la sedición, la corrupción y la resurrección de Puigdemont

No es un secreto que a Feijóo toda esta historia le incomoda enormemente, porque pone el foco de la atención mediática en el pacto con Vox y el aborto (tema siempre resbaladizo para el PP), y no es un secreto que a Sánchez le ha venido Vox a ver, porque desvía el foco de la sedición, la corrupción y la resurrección de un Puigdemont desfibrilado que amenaza con arruinarle su hoja de ruta catalana.

Si el adversario te pone el balón a tiro, qué vas a hacer sino rematar a puerta.

La "coalición del miedo" del PP con Vox

La coalición del miedo o el miedo a la coalición. Del PP con Vox. En la estrategia cambiante del secretario general del PSOE, esto de Vox es como el Guadiana. Ahora toca rescatar el estribillo aquél que ya popularizó el PSOE cuando aún estaba Casado: el mayordomo de Vox. Sólo hubo un día en que le apearon la condición de subalterno, y fue cuando Casado hizo el discurso contra Abascal en la moción de censura que éste le presentó a Sánchez. La primera, porque ahora está preparando otra.

La estrategia del miedo a la coalición PP-Vox ya la utilizó el PSOE en las elecciones autonómicas de Madrid hace año y medio. Y ganó Ayuso sumando ella sola más escaños que toda la izquierda junta. La volvió a usar en Castilla y León hace ahora un año, y Mañueco ganó, a pesar del gatillazo (bien lo sabe Tudanca, que amagó con colgar las botas y fue requerido para seguir opositando).

Si el capitán general del PSOE cree que ésta es una estrategia ganadora -el miedo a las derechas- está en su obligación de, por cuarta vez, intentarlo

Y la volvió a usar, en fin, el PSOE allí donde la alerta antifascista había empezado: en Andalucía. Al cabo de cuatro años de gobierno del PP y Ciudadanos con la asistencia parlamentaria de Vox -el trifachito- lo que pasó fue que el PP obtuvo la primera mayoría absoluta de su historia y que el PSOE encajó sus peores resultados.

Pero bueno, si el capitán general del PSOE cree que ésta es una estrategia ganadora -el miedo a las derechas- está en su obligación de, por cuarta vez, intentarlo.

Después de todo, Vox carecía de un solo diputado en el Congreso cuando Sánchez llegó al Gobierno de España predicando la ilegitimidad de un Rajoy atrapado por la Gurtel. Hoy, Vox tiene cincuenta y dos escaños.