OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Telefónica del Estado español"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la compra por parte del Gobierno del 10% del capital de Telefónica, pasando a ser el principal accionista de la compañía.

👉 El Gobierno ordena a la SEPI la compra de hasta un 10% de Telefónica 

Carlos Alsina

Madrid | 20.12.2023 08:34

Veintiséis años después, el Estado vuelve a controlar Telefónica. No alcanza a ser el dueño de toda la compañía -Telefónica tiene un millón y pico de pequeños accionistas, propietario cada uno de un pedacito- pero sí decidirá el rumbo de la empresa. Veintiséis años después, esto es lo más parecido a nacionalizar una firma privada de las consideradas estratégicas.

Dices: pasa a ser del Estado (o el Estado adquiere) el diez por ciento del capital, que es la forma de evitar -dos mil millones de euros de desembolso- que sea el Estado saudí, a través de la Saudí Telecom, quien tome el mando. O en palabras de la vicepresidenta uno, Calviño, garantizarle a la empresa estabilidad.

Lo más parecido a nacionalizar una firma privada

La historia de la entrada, perfectamente legal, de la empresa saudí en Telefónica fue la noticia (y la sorpresa) empresarial del mes de septiembre. Vieron que estaba barata, y que encajaba en su plan de expansión por Europa y América, y se compraron el 5%. Pero en la idea, que anunciaron, de subir hasta el máximo permitido, 9.9%. Todo muy amistoso, dijeron, y sin afán de controlar la empresa, sólo para sacarle partido a su inversión.

Al gobierno, desde el primer minuto, la cosa le olió fea. No dijo abiertamente que fuera a declararle la guerra a los saudíes porque tampoco estamos para incomodar al príncipe Bin Salman, ese hombre que respira dinero, que es recibido como si fuera Dios cuando visita España y que lo mismo se compra clubes de fútbol que competiciones deportivas que pedazos golosos de aerolíneas o compañías eléctricas.

No fue al choque el gobierno pero tampoco se fio de que el saudí fuera a conformarse con ingresar dividendos

Pero esto de Telefónica le pareció al gobierno que eran palabras mayores. Es la compañía propietaria de la mayor red de comunicaciones del país y por su fibra pasa, entre otras cosas, la Defensa nacional. De modo que no fue al choque el gobierno pero tampoco se fio de que el saudí fuera a conformarse con ingresar dividendos.

La plaza, asegurada. El saudí, frenado

Ya lo dijo Calviño el primer día: estudiaremos todos los instrumentos de que dispone el Estado para defender los intereses nacionales. Y uno de esos instrumentos es la empresa pública. La Sepi. La idea inicial era destinar mil millones a empatar con los saudíes, 5%, pero en vista de que estos perseveraban en su intención de seguir subiendo Sánchez ha tirado por la calle de en medio y ha doblado la apuesta: que sean dos mil.

El Estado desbanca, así, a CaixaBank, al BBVA, al fondo BlackRock y a los saudíes como primer accionista. La plaza, asegurada. El saudí, frenado. Y Telefónica, a pasar examen, hoy mismo, allí donde se examinan las empresas cotizadas, en el mercado. En breve sabremos cómo se han tomado los inversores esta operación nunca vista en veinticinco años.

El Estado desbanca, así, a CaixaBank, al BBVA, al fondo BlackRock y a los saudíes como primer accionista

Por la cuenta que nos trae a los nuevos propietarios indirectos de este 10%, que somos todos, habrá que confiar en que la acción suba, la empresa se revalorice y el Estado, además de controlar la compañía, haga un buen negocio. Lo mismo que sucede con la participación del Estado en CaixaBank, herencia de Bankia, que tenía que haber terminado este 2023 pero fue prorrogada hasta 2025 porque el Estado quiere seguir estando ahí.

No hay banca pública pero sí hay Estado en la banca privada

No hay banca pública pero sí hay Estado en la banca privada. Con la diferencia de que en Telefónica el Estado ahora no es un accionista más, es el que controla. Qué será, será del equipo directivo es una de las preguntas que cabe hacerse esta mañana. Qué será del ERE que estaba negociándose con los sindicatos, y contra el que se había manifestado la vicepresidenta dos, es otra obligada. Sánchez se convierte, de hecho (que no formalmente), en el primer ejecutivo de la compañía -lo suyo sí que es un plan de expansión, Bin Salman-, y como tal gestor habrá de ser ahora valorado.

Sánchez se convierte, de hecho (que no formalmente), en el primer ejecutivo de la compañía

Y por aquello de ampliar el debate, y la perspectiva, hoy cabe también preguntarse si estamos ante el comienzo no de una andadura, sino de una desandadura: desandar el camino que iniciaron Felipe y Aznar en los noventa reduciendo la participación del Estado en la industria y en la banca y abriendo la era de las privatizaciones.

Si es esto de Telefónica es un signo de los tiempos: el regreso del Estado como dueño y gestor de grandes corporaciones ante la competencia de otros Estados, perfectamente autoritarios, que se están comprando media Europa.

Puigdemont debe estar preparando su mejor traje para salir guapo en la foto con Sánchez

Puigdemont ya debe de estar preparando su mejor traje para salir guapo en la foto -bueno, guapo, para salir bien en la foto- que le tiene prometida Sánchez. Hasta ahora se la tenía prometida en privado y desde ayer, en público.

En conversación sin micrófonos con periodistas en la Moncloa (es Navidad) dijo el presidente que lo lógico, ya que se impulsa una ley de amnistía, es que él se pueda reunir con Puigdemont. A ver, que poderse se puede reunir cuando quiera. Sólo tiene que personarse en Bruselas, donde tiene el prófugo un despachito con una urna gigante que es ideal para posados, o viajar a Suiza, donde el señor Galindo le organiza cuando quiera una kedada furtiva.

Lo que tiene pendiente de explicar Sánchez no es por qué se verá con Puigdemont sino por qué no se ha visto aún

En realidad lo que tiene pendiente de explicar Sánchez no es por qué se verá con Puigdemont sino por qué no se ha visto aún. Qué recelo es ése que mantiene a un mano a mano que ya fue aceptado por Santos Cerdán aunque no se plasmara en el documento aquel que ahora el PSOE quiere devaluar. No venía que uno de los peajes para hacer a Sánchez presidente era que Sánchez en persona, sin testaferros, invistiera interlocutor (molt honorable interlocutor) al procesado por corrupción.

Esa parte no se publicó en la web del partido, ministro. Algún periodista de los presentes ayer en la charleta con el presidente interpretó que lo que decía es que una vez amnistiado, no ve por qué no va a poder reunirse con Puigdemont. Eso no está a la altura del coraje que le atribuye su coro de Sísifo, presidente.

En la jerga gubernativa a Puigdemont, a Junqueras y a Otegi no se les blanquea, se les normaliza

Lo arrojado es verse con Puigdemont aun estando procesado en rebeldía como malversador. Con dos narices. Para decirle al mundo que un presidente en ejercicio puede blanquear a un huído de la justicia sin que se rompa España, ¿no era eso? Perdón, en la jerga gubernativa a Puigdemont, a Junqueras y a Otegi no se les blanquea, se les normaliza. Aquí sólo se blanquea a la extrema derecha.

A condenados, procesados y huidos se les normaliza. Se normaliza el cambio de opinión. Se normaliza el incumplimiento de la palabra dada. Se normaliza el bandazo oportunista.