OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Ciudadanos piden derechos para otros ciudadanos"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre determinadas iniciativas populares, como la que solicita en el Congreso que se regule a medio millón de ciudadanos que viven en España sin papeles y la iniciativa que fue presentada en el Parlament catalán para que se declare la independencia.

Carlos Alsina

Madrid | 10.04.2024 08:53

Seiscientos doce mil doscientos setenta y cinco ciudadanos de nuestro país estuvieron de acuerdo -y estamparon su firma- en reclamar que se dé solución a otro medio millón de ciudadanos que, como ellos, viven en nuestro país, se ganan la vida en nuestro país, pero a diferencia de ellos no tienen papeles en regla para poder acceder a los mismos servicios públicos o para poder contribuir al sostenimiento de la Seguridad Social, derechos y deberes. Ciudadanos reclamando que se reconozcan derechos a otros ciudadanos. La iniciativa fue ayer admitida a trámite por el Congreso.

En Cataluña, un partido político, que dice recoger el sentir de cincuenta mil firmantes, presentó al Parlament una iniciativa popular para que se declare la independencia. Es decir, para que el Parlament se arrogue competencias que no tiene, se invente una soberanía catalana que no existe y atropelle los derechos de todos los ciudadanos que viven en nuestro país. Ciudadanos reclamando que se atropellen los derechos de otros ciudadanos.

No todas las iniciativas populares son iguales. No todas tienen un objetivo legal y no todas son legítimas

La iniciativa fue recurrida por el gobierno Sánchez -en esto sí, cargado de razón- y quedó suspendida ayer por el Tribunal Constitucional. No todas las iniciativas populares son iguales. No todas tienen un objetivo legal y no todas son legítimas. Los Parlamentos han de debatir las que lo son. Las que instan a atropellar los derechos de la gente, como que no.

Los grupos parlamentarios aceptan ocuparse del asunto

Seiscientos doce mil doscientos setenta y cinco ciudadanos aportaron su firma para reclamar al Congreso de los Diputados que mire de frente a esta realidad llamada residentes en situación irregular y le encuentre una salida: regularizarlos. Como habría dicho Suárez en los tiempos en que tenía a Ónega inspirándole, ‘elevar a la categoría de legal la residencia que ya es real’.

La petición, que técnicamente se conoce como Iniciativa Legislativa Popular -ciudadanos que toman la iniciativa de solicitar a los legisladores que legislen sobre una materia concreta-, superó ayer otra meta volante con la admisión a trámite, que significa que los grupos parlamentarios aceptan ocuparse del asunto.

Uy, casi dio por aprobada Armengol la regularización. No, sólo se aprobó que siga la tramitación, con Vox, sólo Vox, intentando que no.

Dices: si tan claro ven que, en efecto, los grupos políticos que ahí hay una asignatura pendiente, ¿cómo es que no han tomado ellos mismos la iniciativa, sin esperar a que les llegara una suscripción popular?

Bueno, algunos partidos (pequeños) abogaron por una regularización extraordinaria, pero la mayoría, no. Quien impulsa la mayoría de las leyes que prosperan en el Congreso es el gobierno, y en rigor lo que pasó ayer no es que la abrumadora mayoría parlamentaria haya aceptado que hay que dar papeles a quienes hoy están privados de tenerlos sino que la mayoría parlamentaria atiende a la solicitud para no quedar mal con casi setecientos mil votantes y novecientas asociaciones de todos los colores -confesionales incluidas- pero no se compromete a que esto termine ni en regularización ni en nada concreto.

¿Cómo es que no han tomado ellos mismos la iniciativa, sin esperar a que les llegara una suscripción popular?

Patxi López dice que no se puede despreciar la voluntad de los firmantes, pero que ya se verá cómo queda redactada la ley (añado, si es que acaba habiendo ley) porque la UE no permite regularizaciones masivas.Feijóo dice que el PP es sensible a la situación de quienes no tienen papeles pero que hay garantizar el control de fronteras, y lo que diga Europa (mira, en esto sí coindicen el PSOE y el PP).

Europa acaba de firmar, bajo presidencia española, un pacto sobre inmigración que no va precisamente en la línea de facilitar la presencia de emigrados sino más bien de endurecer las condiciones de permanencia.

De modo que a la pregunta ‘si tan claro ven que existe un problema por qué no se han ocupado ellos de resolverlo’ la respuesta está a la vista: lo que no quieren es tener el problema de explicar por qué rechazan una iniciativa popular tan legítima y tan impecablemente tramitada -impecable, palabra que el gobierno gusta de aplicar a sus propios proyectos-. La tramitación va a continuar, pero a saber si llegará a puerto y cómo. No todas las leyes las tramita el Congreso con la celeridad de la amnistía.

No todo se puede debatir, por mucha mayoría independentista que tenga ese Parlamento

Junts per Cataluña, por cierto, tan celoso de las competencias migratorias para la Generalitat, dijo que respeta mucho a quienes han firmado, por eso votó sí, pero ‘sin entrar en el fondo de lo que están pidiendo’, o sea, que no. Y añadió, porque aquí cada cual tiene sus propias fijaciones, que ellos siempre han defendido que los Parlamentos puedan hablar de cualquier cosa. Ah, acabáramos.

Junts no está en arreglarle la vida a quienes residen irregularmente en España, sino en arreglarse el discurso para decir que cualquier iniciativa popular debe ser debatida en un Parlamento

Que Junts en lo que está no es en arreglarle la vida a quienes residen irregularmente en España, sino en arreglarse ellos mismos el discurso para poder decir que cualquier iniciativa popular, proponga lo que proponga, debe ser debatida en un Parlamento. Ocurre que no es así.

Si un grupo de ciudadanos, por numeroso que sea, propone violar la Constitución -es decir, los derechos de todos los demás- un Parlamento democrático debería limitarse a aclarar que ahí no hay nada que debatir. Por mucha mayoría absoluta independentista que ese Parlamento tenga y por muy de Junts que sea su presidenta.

Puigdemont marca el paso

Todo esto sería más fácil de explicar, es verdad, si el PSOE, en un ejercicio de entreguismo inexplicable (o pecable), no le hubiera comprado a Junts el relato fake de lo que fue el procés. Santos Cerdán estampó su firma a una falsificación histórica que describe el atropello que lideraron Junqueras y Puigdemont como una reacción excesiva, equivocada, a la cerrazón del gobierno de España y a la sentencia maldita del Tribunal Constitucional. Si les compras la patraña fundacional, a ver con qué cara vas a andar ahora desmintiendo todo lo que se deriva de ella.

Si les compras la patraña fundacional al independentismo, a ver con qué cara vas a andar ahora desmintiendo todo lo que se deriva de ella

Puigdemont está marcando el paso a un mes de las elecciones catalanas. La novedad es la amnistía. Su amnistía, porque es él quien se la ha ordeñado (con eñe) al PSOE. La novedad no es que Puigdemont se presente, es que lo haga en condiciones de poder ser investido por estar, para entonces, amnistiado. Y a la novedad le saca partido el aún prófugo. Pretendiendo que los catalanes independentistas acudan en procesión a las urnas a coronarle, so pena de cargar el resto de sus días con el peso de haberle dejado caer. Que o césar o nada. O le invisten o ahí se quedan.

El vicio de convertir unas elecciones en un plebiscito. Esta vez, sobre sí mismo

El vicio de convertir unas elecciones en un plebiscito. Esta vez, sobre sí mismo. Cuidado, que me voy. Dices: ¿de dónde? ¿De Bruselas, de Francia, de Girona (que es de donde ya se fue)?

Coherencia, marca de Ferraz

En el PSC quieren pensar que Puigdemont les ha dado el lema electoral definitivo: ‘Jubila a Puigdemont, vota a Illa’. Que lo quieran pensar no significa que sea eso lo que, al final, suceda. A Patxi López le preguntaron ayer: que dice Puigdemont que si no es investido deja la política.

Profecías gratuitas. Es una tradición confundir las quinielas, o los deseos, con las afirmaciones categóricas. Nadie sabe qué van a votar los catalanes el doce de mayo. Pero es llamativo lo del PSOE: tanto celebrar la amnistía porque supone el regreso de los puigdemones a la normalidad de la política -¿no era eso?- para acabar deseando que Puigdemont desparezca de la política. Coherencia, marca de Ferraz.