OBJETOS COTIDIANOS, CON MARTA GARCÍA ALLER

El queso en polvo, de alimento de soldados a aderezo para snacks

Marta García Aller vuelve a Más de uno para contarnos el origen que desconocíamos de los objetos cotidianos. Hoy hablamos del origen del queso en polvo, que nació durante la Segunda Guerra Mundial para alimentar a los soldados y acabó siendo el aderezo perfecto para snacks.

ondacero.es

Madrid | 12.03.2021 14:12

Marta García Aller explica en Más de uno cuál es el origen del queso en polvo y lo mucho que tiene que ver con la guerra. Explica que la Segunda Guerra Mundial tuvo mucho que ver en que cada vez cocinemos menos, porque el ejército estadounidense inventó muchas formas de transportar comida ya procesada envasada al vacío, para que atravesara el Atlántico. Con el fin de la guerra, le cedió todos estos inventos a las empresas de alimentación y algunos de estos hallazgos "fueron realmente terribles", como el zumo de naranja concentrado.

Todo surge a raíz de la fiofilización, que es lo que permite conservar los alimentos deshidratándolos. El proceso de la liofilización se había inventado a principios del siglo XX, pero es con la guerra cuando urge perfeccionarlo para conservar los alimentos, aunque primero se usó en el suero para curar a los heridos y, más tarde, los alimentos.

La deshidratación permitía que no fuera necesaria la refrigeración y los ejércitos empezaron a hacerlo con frutas y verduras, patatas, huevos, etc., y que se podían transportar mucho más lejos y sin refrigeración, que simplificaba mucho la logística.

Lo que marca la guerra es el comienzo del uso del queso en polvo, aunque este alimento dio muchos problemas con la liofilización. El queso era mucho más difícil de deshidratarlo porque el calor fundía la grasa del queso y perdía las propiedades. Hubo que esperar a 1943 para que encontraran la manera de deshidratarlo, aunque no bastaba con echarle agua para que volviera a la forma original. Entonces lo hicieron en pastillas, prensado como ración de emergencia y lo hicieron con los descartes de los quesos, que eran mucho más baratos. Entonces, empezó a usarse en los ejércitos para aderezar las salsas y las pastas.

Al acabar la guerra, el ejército tenía montañas de queso deshidratado almacenado en los cuarteles y nadie lo quería para nada. Con el excedente, que por más barato que lo vendían nadie lo quería comprar, a la empresa Frito Company se le ocurrió en convertirlo en el potencial ingrediente de una 'guarrindongada' como es la harina de maíz hinchada y frita con queso, los Cheetos. "Empezaron a hacer todo tipo de snacks sabor a queso y tuvo mucho éxito", concluye.