España es el país de la OCDE que más segrega sus alumnos entre ricos y pobres entre los colegios concertados y los colegios públicos. O sea, que en España hemos normalizado que los niños de familias con menos recursos vayan a la pública y el resto a la concertada o, claro, a la privada. Es la mayor brecha de los países de la OCDE, según un estudio de Save the Children. En España cada vez están más segregados los niños según la renta de sus familias.
Pero por mucho que lo estemos normalizando, no es así en otros países. En Países Bajos y Reino Unido, que también tienen modelos combinados de escuelas públicas y concertadas, subvencionadas total o parcialmente con dinero público, no muestran el nivel de segregación económica de las familias entre coles públicos y coles concertados que hay en España. El de España es un caso único, uno que fomenta la desigualdad. No es igual en todas las comunidades. Donde más brecha hay es en Madrid y Murcia; donde menos, Cantabria, Galicia y Aragón.
Hay otras conclusiones interesantes. Como que el rendimiento de los centros públicos y los concertados es similar y que las motivaciones de las familias para elegir un concertado no es religiosa sino económica. Las familias que no pueden permitirse pagar las cuotas, se quedan fuera. En teoría y por ley, la educación concertada debería ser gratuita para las familias. En la práctica no lo es.
Algunos concertados necesitan esas cuotas porque están infrafinanciados. Otros las inflan. Según EsadeEcPol, hay una disparidad muy grande, entre unos concertados y otros. Cataluña es donde es más cara.
Pero esta segregación no tiene por qué ser así. Por una parte, sobran cuotas y falta financiación para muchos centros concertados. Si mejorase la financiación y se eliminaran las cuotas, todas las familias podrían optar a ellos. Y lo mismo pasa con la pública, que necesitan más recursos para atender las necesidades de los alumnos, que no están repartidas de manera equitativa entre concertados y públicos. Vamos, que faltan recursos.
¿Moraleja?
Cuando hablamos de financiación, pensemos más en educación.