Había pasado tiempo suficiente para serenarse y reflexionar sobre el daño que había hecho a su equipo dejándole con diez, y tampoco podrá jugar el sábado contra el Madrid. No, no esperaba esa actitud de Morata. Le tenía por alguien más formado y educado, que salió cuando su equipo ganaba 0-2 y le dejó con uno menos a falta de 15 minutos para el final.
Me sorprendió Zidane con esa alineación de refresco que sacó frente a Osasuna, pensando en el Atleti el sábado, y le salió perfecto, porque aunque el juego no fue para retenerlo en la memoria, los dos jóvenes talentos que están criando, comenzaron a reivindicarse.
Vinicius con un gol que le hizo llorar, porque el Bernabéu ya le había recriminado antes sus errores en lanzamientos a puerta. Y Rodrigo, de quien vienen rumoreando que es el mejor de los dos, me pareció efectivamente mejor, más vertical, menos preciosista y más efectivo. Su gol fue una tarjeta de presentación admirable. Se lo va a poner difícil a Zidane para elegir, ahora que el Bernabéu ya le ha visto.
Y me pareció también triste la nube negra que atraviesa el Valencia. Comenzó marcándole el Getafe en el primer minuto, remontó hasta el 3-1 y terminó dejándose empatar. Ese equipo lo desniveló Peter Lim con sus decisiones feudalistas y caprichosas. Y ahora va a ser difícil volver a equilibrarlo. Si Jorge mendes le aconsejase bien, le diría que se cese a sí mismo y deje al equipo tranquilo.