CON JAVIER CANCHO

Historia de Refik Anadol

Cada vez que rescatamos un recuerdo lo estamos modificando. Cada vez que tocamos la memoria la estamos alterando. ¿Se han preguntado alguna vez qué guardamos en nuestras mentes y por qué lo conservamos?

Javier Cancho

Madrid | 02.05.2019 11:52 (Publicado 02.05.2019 11:47)

busquen en internetCómo describirían ustedes los recuerdos. ¿Les parece que son formas inconstantes, evanescentes, descoloridas? ¿Son los recuerdos residuos sensoriales de la experiencia? ¿Consideran ustedes que tienen una buena capacidad para saber elegir de qué olvidarse? ¿Creen realmente que es algo que pueda decidirse? Cuánto de lo que recordamos es una invención.

Cuánto duran los recuerdos. ¿Consideran posibles que algunos permanezcan sin apagarse? Hay un artista que ha dedicado mucho interés a profundizar en las interioridades de la memoria. Se llama Refik Anadol, es un investigador turco que vive en Los Ángeles. Anadol trabaja en el Laboratorio Neuroscape de la Universidad de California. Neuroscape es un centro de neurociencia que está dedicado a la indagación científica de las funciones cerebrales. Lo que Anadol rastrea son los mecanismos neurológicos de control cognitivo, utilizando electroencefalogramas. Digamos que entre lo que busca está medir los cambios dentro de la mente, según la actividad de las ondas cerebrales. Trata de obtener pruebas de cómo funciona el cerebro. Y con esa información elabora algoritmos, con los que después intenta mostrar los flujos mentales. Y lo hace con estructuras visuales multidimensionales.

Es como si lograse secuencias de lo que está pasando en nuestras cabezas. Es como una filmación del proceso de la memoria. Es como si lograse materializar los recuerdos. La ciencia expone significados; el arte los expresa.

Refik Anadol le han llamado el nuevo Leonardo da Vinci, probablemente de un modo exagerado. Aunque, no sea exagerado decir que lo que hace es fascinante. Se ha de ser muy insensible para no alucinar con la visualización que muestra de las realidades invisibles de nuestras cabezas.

Anadol dice que los datos paramétricos de la inteligencia artificial pueden esculpirse. Asegura que ya es posible darles volumen, como si fuesen corpóreos, como si fuesen magmas.

Propone representaciones artísticas de lo que transcurre en la mente en función de datos empíricos. Lo llama Melting Memories, es ciencia, es arte, es tecnología. Se trata de una instalación que parte de la ciencia trazando una intersección entre la tecnología más avanzada y el arte contemporáneo. Está abierta en la iglesia desacralizada de la Laboral de Gijón hasta el 5 de mayo, por primera vez en España.

La instalación abrirá sus puertas el día 29 de abril y se podrá visitar hasta el 5 de mayo de manera gratuita. Si tienen curiosidad, busquen en internet…el descubrimiento de Refik Anadol les sorprenderá.