CON JAVIER CANCHO

#HistoriaD: El moribundo que apareció en una cuneta, junto al río

Javier Cancho nos cuenta que en los años anteriores a la República ya se decía "pasa más hambre que un maestro de escuela". Por ello nos habla de lo ocurrido con un profesor llamado Bernardo Mato Castro: Le mataron por ser un buen maestro. Demasiado bueno para la época.

Javier Cancho

Madrid | 06.12.2022 12:17

El paso del tiempo cambia las percepciones. Fijaos: esta canción, del año 33, se titula 'Cocaína en flor'. Cambia la idea que se tuvo. En aquella década de los 30 se fue transformando la percepción que había sobre los maestros. Los profesores estaban mal pagados y estaban mal mirados. A los encargados de formar a las futuras generaciones se les tenía por unos vagos que no querían mancharse las manos con el trabajo de la tierra y los animales. Pero, llegó la reforma pedagógica.

La reforma se planteó con la idea de cambiar el modelo, reparando en comportamientos como los del maestro Mato Castro. Bernardo se sentía educador, percibía la docencia como mucho más que una forma de ganarse la vida. Él concebía la enseñanza como una oportunidad para quienes no tenían casi ninguna. Solía hablar de autoestima, mencionaba la necesidad de poder ser autosuficientes. Era un maestro de pueblo, en una escuela pequeña, en el municipio de Teo, en las afueras de Santiago. Pero, sus métodos pedagógicos llamaron la atención del Ministerio de Instrucción Pública. Y se envió una comisión a visitarlo. Y se tomó nota de la escuela nocturna para adultos que Bernardo había creado. Se tomó nota, también, de la idea de dar una formación profesional, un aprendizaje de los oficios al tiempo que se enseñaba lengua e historia. Él consigue romper con la visión que los campesinos tenían de los maestros rurales. Bernardo lo logró usando la ilustración y una inteligencia crítica.

La guerra quebró la reforma pedagógica. En aquellos tiempos revueltos, Bernardo Mato Castro no había sido un activista político. Él era maestro. Permaneció tranquilo en su casa. Era un católico declarado, pero también era un republicano convencido, creía con determinación en la educación pública.

Un día Bernardo recibió la visita en su propia casa de un grupo de falangistas. No fue una visita de cortesía. Lo fue de intimidación. Bernardo se asustó, temió por lo que pudieran tener que ver sus cuatro hijos. Así que decidió refugiarse en casa de sus padres. Emprendió el camino a través del río. Pero, fue interceptado. Se le señaló, se le identificó, y se le dio una paliza salvaje. Le rompieron el cráneo. Se cebaron con su cabeza. Casi muerto fue encontrado en una cuneta junto al río. Falleció a los pocos días. Su nombre aparecía en un "expediente de depuración". Cuando en Galicia, casi no hubo guerra civil. Los golpistas tomaron el territorio en pocas semanas. Sí hubo represión. Hubo miles de muertos represaliados. El nombre del maestro católico y republicano Bernardo Mato Castro estaba en la lista negra.