La magistrada señala que "existe una línea muy delgada que separa la intimidación y el prevalimiento, que es es hacer valer una superioridad para cercenar la libertad de la víctima", y apunta que la doctrina ya establecida del Tribunal Supremo, "no determina que tenga que haber resistencia de la víctima para que concurra intimidación". Por ello, la presidenta de la Audiencia Provincial de Navarra, insiste en mandar un mensaje de "tranquilidad y confianza en el sistema", puesto que "estamos en el inicio de las resoluciones que pueden ser dictadas en esta causa".