Ahora atendemos a nuestras miserias nacionales pero cuando se ve pasar algo de verdadera trascendencia histórica, conviene prestarle atención al menos durante un momento. Por primera vez en 60 años, China ve reducida su población. China, el país que instauró medidas de restricción de natalidad, la de la política de un solo hijo. Los expertos consideran que este descenso histórico marcará el inicio de un largo periodo de declive demográfico del país, que dejará de ser el más poblado del mundo en favor de la India.
Ustedes se hacen cargo de que un desplome histórico de la tasa de natalidad de China y un envejecimiento acelerado de su sociedad tendrá consecuencias a nivel global, porque entre otras cosas afectará al crecimiento económico del gigante asiático.
Llama de verdad la atención lo drástico que ha sido la caída de nacimientos en China. Ha sido abrupto. Leo en El País a un experto en demografía china, a Yi Fuxian, científico de la Universidad de Wisconsin-Madison: “Debido a que la crisis demográfica de China va más allá de lo imaginable, la economía política, la defensa y la diplomacia del país sufrirán una transformación significativa”. Ahí la tienen, la historia pasando ante nuestros oídos.
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Y si se incorporan a esta hora a la sintonía de Onda Cero porque haya estado haciendo otras cosas muy legítimas, igual no sabe que algo ha reconocido Igualdad respecto de la ley del sí es sí.
Igualdad reconoce por la vía de los hechos la peligrosidad de los delincuentes sexuales que ya han visto rebajada su condena. Es más, por la vía de los hechos reconocen que ya en diciembre fueron conscientes del riesgo en el que habían puesto a las víctimas al facilitar que sus agresores pudieran salir antes de la cárcel.
Hoy han comparecido Irene Montero, Ángela Rodríguez y Victoria Rosell. Esta última ha reconocido que ya en diciembre dio orden para que se acelerara la tramitación de pulseras telemáticas de manera urgente para monitorizar a agresores sexuales que pudieran verse beneficiados por la ley del sólo sí es sí. ¿Y entonces por qué no van a corregir la ley? Por la pura cerrazón, la pura arrogancia y sobre todo el puro afán de supervivencia. Pero las negligencias de la ley del sí es sí está perfectamente reconocida en esta declaración de Victoria Rosell que por su interés volvemos a reproducir.
Penas sorpresivas, excarcelaciones inesperadas… Bien en realidad se podían haber resumido en una: negligencia. Cuando fuimos conscientes de nuestra negligencia, di orden de… proteger a las víctimas que sintieran un comprensible acceso de pánico…
Hay otra declaración de interés, hoy. Precisamente en Castilla y León. Últimamente todo pasa por Castilla y León. En su canal autonómico ha sido entrevistado uno de los portavoces menos avezados de Podemos, que es Pablo Fernández. Y, claro, tampoco es fácil de justificar esta ley y sus consecuencias, ni el más brillante de los portavoces sería capaz de hacerlo, y Pablo Fernández no es ese portavoz. La cuestión es que en la tele de Castilla y León le plantaron una pregunta muy pertinente. Qué es lo que el gobierno le tiene que decir a esa víctima que ha tenido que mudarse de ciudad al saber que su agresor iba a salir de la cárcel por culpa de esta ley
Ha sido la enésima desautorización de Alfonso Fernández Mañueco a Juan García Gallardo. Y esta vez ha sido por escrito y dirigido al presidente Pedro Sánchez. En Castilla y León no se va a aprobar estas medidas de presión psicológica a la mujer que decida abortar por más que Vox jure que es un acuerdo de gobierno o que amenace con romper el gobierno.
¿Cuál es el problema para Vox? Que no tiene un prueba documental con la que comprometer al PP, porque si la tuviera ya la habría filtrado a algún periódico, porque esto funciona así: nadie que haya sido desautorizado renuncia a recuperar su autoridad mediante la conveniente filtración del documento que le resarce. Y el vicepresidente Gallardo varias veces desautorizado por el presidente Mañueco en estos días y hoy ha vuelto a desautorizarlo.
Veamos qué ha deparado el día 5 de una polémica entorno a un protocolo que nadie ha visto. No tengo duda de que si por el Gobierno de Sánchez fuera dentro de tres meses diríamos: día 95 de la polémica… porque es tan evidente el sobreesfuerzo para mantener vivo el tema todo el tema que sea posible.
El Gobierno ha amanecido hoy anunciando el envío de un requerimiento de incompetencia al Ejecutivo regional. Esto se interpreta como el paso previo a recurrir ante el Constitucional. ¿Recurrir qué? ¿Una declaraciones desmentidas? Bueno, ya es suficientemente llamativo que los requerimientos del Gobierno los conozca antes la prensa que la administración requerida.
Alfonso Fernández Mañueco ha remitido una carta al presidente del Gobierno para afearle su sobreactuación en este caso y hay un párrafo que ofrece la verdad es que hay un párrafo bastante valioso. Dice: «Tal y como se lo comunicó el consejero a la ministra de Sanidad por carta el pasado viernes y tal y como expresé formalmente, en el día de ayer, en una declaración institucional y pública, le reitero ahora por escrito que no habrá ninguna modificación en el protocolo de atención a la interrupción del embarazo, que está ajustado a la legislación nacional vigente y al criterio clínico en cada caso. No se obligará a nada ni a los facultativos ni a las mujeres, por lo que le ruego abandone los esfuerzos de su Gobierno en cuestiones ficticias para poder centrarse en la realidad y en sus competencias».
Bueno, como afán es muy comprensible, ahora que pierda toda esperanza, que el Gobierno va a estirar esto todo lo que pueda. Hoy Alberto Núñez Feijóo ha lamentado en Telemadrid que esta sea la estrategia del Gobierno.
Ese párrafo citado de la carta de Mañueco es la enésima desautorización de Gallardo. ¿Cuál es la impresión que queda tras el día de hoy? Que Vox va a tratar de salvar la cara con toda la vehemencia posible sin llegar a romper el Gobierno. Dicen sus portavoces que va a esperar un día, dos, tres y hasta una semana para que se cumplan los supuestos compromisos a los que llegó Mañueco y que entonces… entonces qué… va a revisar el pacto de Gobierno. Esta es una medida dilatoria que difícilmente se traducirá en una ruptura.