"Lo que no se puede medir no se puede controlar; lo que no se puede controlar no se puede gestionar y lo que no se puede gestionar no se puede mejorar". Esta frase se atribuye a Peter Drucker,consultor de negocios, pero en verdad, quien la dijo fue William Thomson, Lord Kelvin, matemático británico y el científico que estableció la escala de temperatura que lleva su nombre. Kelvin añadía que "lo que no se mide no se puede mejorar y lo que no se mejora, se degrada siempre". En economía todo el mundo está midiendo, parecemos sastres.
Los gobiernos están obsesionados con controlar los números, quieren saber cómo se comporta el PIB, la actividad, para saber cómo se comportará el empleo y la recaudación de impuestos. Los empresarios necesitan conocer las expectativas futuras para arriesgarse o no con sus inversiones. Jugarse o no los cuartos en uno o en otro negocio. Las familias hacen también sus cálculos. Gastan o ahorran dependiendo de cuales sean las perspectivas de empleo y, por lo tanto de ingresos, o de cómo van a evolucionar los salarios e ingresos, que condicionan sus compras.
La vida es compleja y la economía aún más. Por eso en política económica influyen tanto las previsiones. Es como querer encajar el futuro en un cuadro de apenas diez líneas: PIB, inflación, consumo privado, consumo público, formación bruta de capital, inversión, deflactor del PIB, inflación, importaciones, exportaciones, déficit público, empleo, tasa de paro. En un vistazo puedes otear el horizonte.
Esta no es la semana de Nadia Calviño y no solo porque se haya convertido en el objetivo a derribar por parte del PP. Ya tenía lo suyo con los enfrentamientos con Yolanda Díaz y ahora suma a Pablo Casado. Es que Calviño ha visto esta semana como el Banco Central Europeo complica el futuro financiero del Reino de España al iniciar la reducción de compra de deuda y hoy ve como el Banco de España vuelve a rebajar las previsiones económicas en casi dos puntos para este año.
La economía española apenas crecerá un 4,5% este 2021, frente al 7% que está recogido en los Presupuestos. Lo más seguro es que en cuanto se aprueben las cuentas públicas en el Senado el cuadro macroeconómico del Gobierno adelgazará.
Además, seguimos pendientes de los transportistas, de la Reforma Laboral, de la crisis en la industria, en especial en el automóvil y de la energía. La electricidad no frena. A esta hora ronda los 350 euros el megavatio. Mañana será el sábado con la electricidad más cara de la historia. Para muchos expertos, las luces que más brillan no son las del árbol de Navidad sino las luces de emergencia.