Donald Trump acaba de cumplir cinco meses en la Casa Blanca y cuesta encontrar algún impacto positivo a su mandato. El que se ofrecía como aspirante a premio Nobel de la Paz, que iba a terminar con la guerra de Ucrania en una semana, tiene más frentes abiertos que cuando llegó y con difícil solución. Trump se presentó con tres propuestas económicas, desregulación, bajar impuestos y equilibrar el comercio exterior de Estados Unidos a base de aranceles.
Recortar los impuestos y reducir la regulación es el elixir para los mercados financieros. El problema es que Trump empezó por los aranceles, que no gustan a los mercados y de una manera errática. Anunció subidas desorbitadas en las tarifas para después decretar una pausa que vence el 9 de julio y veremos con qué nos sale.
La promesa de bajar impuestos quizás quede en nada si sigue abriendo más líneas de combate, lo que también puede acabar con el petróleo barato. Los primeros 150 días de Trump están marcados por la improvisación que ha traído más incertidumbre e inseguridad. Solo él y a sus 'cryptobrothers' les va mejor.