1.500 dólares el kilo. No hablamos de percebes, caviar, azafrán o trufa para la cena de Navidad. Eso es lo que cuesta lanzar un kilo de carga útil al espacio, un precio históricamente bajo que explica por qué el mundo exterior está hoy más congestionado que nunca.
Natalia Hernández nos explica que en la década de los 50 "prevalecía la idea de que quien conquistara el espacio, dominaría el mundo". Añade que "la carrera espacial fue uno de los principales ingredientes del choque ideológico entre dos grandes potencias: Estados Unidos y la Unión Soviética". Ese primer punto lo ganaros los rusos con la puesta en órbita del primer satélite artificial, el Sputnik I.
Después, cuenta la periodista que llegó la perrita astronauta Laika "y tras ella Yuri Alekséyevich y Valentina Tereshkova, el primer hombre y la primera mujer en ver la Tierra desde el espacio. Dañado el orgullo americano El Gobierno de Kennedy se puso manos a la obra".
Con los años, se perdió la financiación y "en pleno apogeo de la carrera lunar" el presupuesto de la NASA representaba el 4,4% del gasto federal de EEUU. Hernández relata que desde entonces "los esfuerzos económicos se han desinflado".
Este año se han producido cerca de 200 lanzamientos espaciales
Con Elon Musk la exploración espacial deja de ser dominio público. "Con sus ideas multiplanetarias y su intención de colonizar Marte en 2008 SpaceX pasa a ser la primera empresa en poner un cohete privado en la órbita terrestre", añade.
Asegura Natalia Hernández que este año se han producido "cerca de 200 lanzamientos espaciales" debido a que "los bajos coste y la expansión de la tecnología han sido la gasolina de las actividades comerciales más allá de la Tierra".