EN LA BRÚJULA

La Carta de Ónega a Sánchez y Feijóo: "Al menos no se han escuchado insultos, no nos podemos quejar"

Fernando Ónega dirige su carta al presidente del Gobierno y al líder de la oposición que han confrontado este martes por primera vez en el Senado.

Fernando Ónega

Madrid | 07.06.2022 23:35

Buenas noches a don Pedro Sánchez-Pérez Castejón y a don Alberto Núñez Feijoo. Iban a ser la pareja del día y se nos quedaron en la despareja. Mira que empezaron bien, como nos gusta a la gente de orden. Llegó usted, don Pedro, al salón de plenos del Senado y tuvo el gesto de acudir a dar la bienvenida a don Alberto. Todo un detalle de cortesía. Toda una elegancia parlamentaria.

Se estrecharon las manos, se medio abrazaron, pero solo medio, y se dieron unas palmaditas, como si anunciasen concordia. Podía haber pasado a la historia de este tiempo como “el abrazo del Senado”, pero miren ustedes el veredicto de los medios informativos: mejoraron las formas, pero continúa la discordia sin ningún acercamiento. ¿Cómo iba a haber acercamiento, si Feijoo preguntaba por la inflación y Sánchez le respondía con el Consejo del Poder Judicial? ¿Cómo iba a haber proximidad, si Feijoo quería inaugurar su tiempo con una oferta de acuerdo sobre la economía, y Sánchez le respondía que lo que hace el PP es estorbar? Estorbar y estorbar, repitió el presidente por si alguien no le hubiese escuchado a la primera.

Usted, señor Sánchez, sostiene que el Partido Popular no ha cambiado, es un discurso que en el PSOE aprendieron de memoria, pero me temo que el que no ha cambiado ha sido usted: mira a la bancada del PP y algún fenómeno óptico hace que vea la cara de Pablo Casado. Es como una fijación.

Y usted, señor Feijoo, después de tantos años de gobernante, ya sabe de qué va esta vaina: uno plantea las cosas de comer y el gobernante responde que verdes las han segado.

Uno pide apoyo incondicional, eso de arrimar el hombro, pero antes muerto que recibiendo el apoyo de la derecha ultranacional. Uno que dice que hay que ser una oposición útil y con sentido de Estado, y el otro que malamente puede ser ese tipo de oposición si el presidente se entiende con unos socios que no son socios de Estado.

Así fue su gran combate, señores Sánchez y Feijoo. Los dos tienen razón en algo, pero nunca se la reconocerán. Y el estilo sigue siendo el de siempre: el poder no responde a lo que se pregunta, como si contestar a las preguntas fuese una humillación. Esa película ya la habíamos visto. Pero al menos no se han escuchado insultos, no nos podemos quejar.