Hoy se ha retomado en la Audiencia de Barcelona el juicio por la violación en grupo de Sabadell. La joven, que tenía dieciocho años en aquel momento y ahora tiene 20, tuvo que relatar ayer su agresión con todo detalle, mientras el fiscal del caso le interrumpía constantemente: con preguntas cómo “¿Está segura de eso? ¿Tenía puerta la habitación? ¿Cuándo dice con violencia, a qué se refiere?”
Mientras la víctima estaba relatando como fue una de las violaciones el fiscal la interrumpió para preguntarle por un detalle de la habitación que no tenía nada que ver con el relato y además puso en duda alguna de sus palabras. Puede que sean unas preguntas “impecables” desde el punto de vista legal, como ha dicho el propio abogado de la joven, pero denotan la falta de empatía que el sistema judicial muestra con las víctimas de agresión sexual. Hablamos de este tema con la magistrada Gloria Poyatos, fundadora de la Asociación de Mujeres Juezas de España.
La víctima tiene derecho a recibir un trato respetuoso y no discriminatorio
"Este tipo de preguntas lo que hacen es devaluar el testimonio de la víctima y las discriminaciones hoy en día en tiempos democráticos donde ya hemos conquistado la igualdad constitucional", explica Poyatos que asegura que "se producen a través de la cultura de la devaluación de lo femenino y de las mujeres. Esta manera de preguntar contarte, incisiva o cuestionando lo que está diciendo la víctima podría incurrir en un trato inadecuado".
Desde 2018 es obligatorio la formación en género en el ámbito judicial, pero anteriormente no, es decir se ofrece la formación pero es voluntario inscribirse. "Esto es un error, debería ser obligatorio como se hace en otros países. El poder legislativo, ejecutivo y judicial deberían tener la formación específica en género para que través de esta formación poder detectar estos prejuicios o estereotipos y no trasladarlos a la actividad judicial".
