Alejo Vidal Quadras comenta que se tiene que determinar por qué interrumpió la formación el copiloto durante ocho meses, porque dice, “si fue por una crisis nerviosa o una depresión habría que cuestionarse la calidad y el rigor a la que someten a los pilotos de Germanwings”. Cree que deberían apartar del cargo en cuanto se detecte que un piloto ha tenido algún problema psicológico o familiar.
Por el contrario, Manuel Delgado expone que “si tuviéramos que excluir a todos, por cualquier motivo personal, no habría pilotos”. Argumenta que no se puede saber quién es un psicópata, porque aparentemente son normales y puede pasar en cualquier momento y en cualquier lugar.
Y Julián Casanova explica que “estamos en una sociedad tan moderna, con una tecnología tan avanzada, que va a ser inevitable que se use para la muerte”. Cuenta que las medidas de seguridad han ido variando según las necesidades del momento, después del 11-S se puso la puerta para proteger a los pilotos, y que en este vuelo se necesitaba proteger a los pasajeros.