Se cumplen dos años de la erupción del volcán de La Palma, sin embargo, hay mil personas que siguen sin poder volver a sus casas. Además, hay aún 400 hectáreas de plataneras que siguen sepultadas por las toneladas de lava, aunque también hay motivos para la esperanza.
Esas jornadas de lava que arrasaban con cosechas, viviendas, locales y escuelas, llevaron también una ola de solidaridad. Desde la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (ASPROCAN), lanzaron entonces una campaña llamada 'Contigo renaceré'.
"Los consumidores nos echaron una mano"
A los plátanos de Canarias, procedentes de la isla de La Palma, se les sustituyó la tradicional pegatina azul por otra negra que indicaba que eran plátanos que habían sido salvados de la lava. Aún así, la respuesta de los consumidores estuvo a la altura, tal y como nos cuenta el presidente de Asprocan, Domingo Martín Ortega: "Muchos consumidores compraron plátano afectado por la ceniza y nos echaron una mano. Era bastante difícil, era un mercado acostumbrado a la imagen impoluta de la fruta, pero se consiguió ayudar al sector platanero de La Palma".
Ayudas por parte de la Administración
Para los afectados, se han habilitado ayudas por parte de la Administración y está en marcha un plan de reparcelación, para que cada agricultor tenga una extensión de terreno equivalente al que tenía antes de la erupción.
"El mensaje de optimismo es que la isla ya está prácticamente en el 90% de la actividad que tenía. Ahora queda pendiente que todos la apoyemos para que vuelvan a reconstruirse las superficies cubiertas", alienta Martín, quien espera "que la Administración ponga todo su empeño en buscar financiación, en convencer de un proyecto válido para que los productores afectados, dentro de cuatro o cinco años, tengan una superficie disponible".
Por su parte, los agricultores ven con buenos ojos todos estos planes y ayudas que está llevando a cabo la Administración, pero piden que se vayan acelerando poco a poco esos plazos, pasando de las promesas a los hechos.
"Hay necesidad de que nos presenten unos planos físicos", pide Antonio Enrique, uno de los productores afectados. Y es que, cuando se le pregunta si no sería mejor dejar de luchar y dedicarse a otra cosa, responde que igual que las plataneras, el palmero está enraizado a su tierra.
