Según los datos publicados este mediodía por el INE, sólo un 30% son españoles de primera generación pero de padres extranjeros, ecuatorianos sobre todo. El resto son españoles, probablemente chicos y chicas con buena formación que deben buscar fuera de España salarios dignos o al menos acordes a su capacitación.
Si añadimos a esa estadística que en España ya mueren más personas de las que nacen, nos encontramos ante un porvenir de sociedad envejecida que ve marchar a la generación que debería cotizar aquí y aquí ganarse dignamente la vida. Un país envejecido tiene muchas consecuencias, entre ellas las electorales.