Juan Tejero asegura que no valía cualquier estrella, "tenían que ser canallas, es decir, grandes ídolos en su época, pero con una vida muy disipada. Gente que se dedicó al cine, hicieron felices a mucha gente, pero que en su vida privada, hicieron a otra mucha gente infeliz". Comenta que "el más canalla de todos fue Errol Flynn porque cuando llegó a Hollywood ya había hecho todo lo que a los demás nos hubiera costado diez años de vida". Asegura que "era un hombre increible, con una cultura extensa" y que "se había curtido también en la calle; era capaz de pelearse a puñetazos con un gigantón y después discutir de poesía con un literato".
Tejero dice que "Marlene Dietrich era una gran diva" y que Audrey Hepburn, "era un icono". Sin embargo, de Liz Taylor comenta que "sólo era una actriz; después era una diva insoportable". Sobre la vida en EEUU establece que "en los años 20 era todo un Sodoma y Gomorra y que el mundo del cine fue una sucesión de orgías y vida de desenfreno".