EN BUENAS MANOS

10 claves para mejorar el día a día con rizartrosis

Según la Sociedad Española de Reumatología (SER), dos de cada tres españoles mayores de 65 años sufre rizartrosis.

ondacero.es

Madrid | 21.05.2019 13:45 (Publicado 21.05.2019 13:19)

10 claves para mejorar el día a día con rizartrosis
10 claves para mejorar el día a día con rizartrosis | Redacción

Ser mayor y ser mujer son dos de los principales factores de riesgo de la rizartrosis, un tipo de artrosis que afecta a la raíz del dedo pulgar de la mano. Pese a que se localiza en un único dedo, al ser el pulgar el que hace la labor de “pinza” con el resto de los dedos de la mano, este problema puede dificultar o impedir coger un objeto y mermar seriamente la capacidad de manipulación. Según la Sociedad Española de Reumatología (SER), dos de cada tres españoles mayores de 65 años sufre rizartrosis.

“Es importante detectar la rizartrosis lo antes posible, ya que suele avanzar lentamente y en brotes -afirma el doctor Julio Maset, médico de Cinfa.

A continuación Cinfa recoge 10 claves para mejorar el día a día con rizartrosis

1. Elige utensilios con una forma y peso apropiados. Por ejemplo, un cuchillo con un mango más grueso resulta más fácil de sujetar y controlar. También suele ser más sencillo escribir con un bolígrafo con punta de bola, que reduce la fricción entre el boli y el papel.

2.Utiliza aparatos eléctricos en la cocina. En las tareas que impliquen el uso intensivo del pulgar, podemos ayudarnos de electrodomésticos como el exprimidor, el pelador, la batidora o el abrelatas.

3.Libera las manos siempre que sea posible. Los expertos aconsejan no aguantar mucho peso con las manos si sufrimos rizartrosis, por lo que un carrito o una bolsa que pueda colgarse del hombro son una buena opción para hacer la compra o transportar las cosas.

4.Evita forzar el pulgar. Evita realizar movimientos repetitivos con este dedo durante largos períodos de tiempo, como coser, escribir, cortar alimentos, etc., así como otros gestos que causan gran estrés sobre la base del pulgar.

5.Sigue un programa de ejercicios personalizado. Sí es recomendable realizar ejercicios específicos, siempre adecuándolos al diagnóstico y al grado de la lesión en cada caso. En las fases iniciales, serán de potenciación y de fuerza, como flexionar y extender los dedos sobre una mesa; tocar, con la punta del pulgar, cada uno de los dedos de una mano, formando una ‘o’ cada vez; o mover el pulgar haciendo círculos grandes.

6.Aprovecha lo que te rodea para ejercitar tus dedos. Podemos sacar partido a objetos de nuestro entorno cotidiano para practicar ese tipo de ejercicios que mejorarán la movilidad de los dedos: encender un mechero, sacar monedas de un monedero, pulverizar un spray, enroscar y desenroscar tapas de diferentes tamaños, rodar, botar o lanzar una pelota, teclear en el ordenador o dibujar.

7.Relaja tus manos en agua caliente. Se aconsejan, también para disminuir el dolor, los baños de contraste (alternando agua fría con agua caliente) o aplicar hielo (nunca directamente, por ejemplo dentro de un trapo) durante 15 minutos tres veces al día si existe inflamación.

8.Consulta al farmacéutico sobre el uso de elementos de ayuda. Por ejemplo, las muñequeras textiles -siempre que inmovilicen también la articulación que une el pulgar con la muñeca- absorben los constantes micromovimientos que se realizan durante el día de manera inconsciente. También permiten realizar actividades cotidianas que impliquen gestos repetitivos o forzados de garra y pinza manual.

9.Valora el uso de antiinflamatorios o analgésicos cuando sea necesario. Siguiendo siempre las pautas de tu médico, cuando tengas días de más dolor o vayas a necesitar usar las manos más de lo habitual, puede ser recomendable recurrir a este tipo de fármacos.

10.Acude a tu médico si tienes síntomas en el dedo pulgar. Si aún no tienes el diagnóstico, pero notas en el dedo pulgar dolor continuo o que evoluciona a más al realizar movimientos cotidianos; si presentas rigidez, inflamación o incluso deformidad de la articulación; y si, además, eres mayor de 60 años o has realizado trabajo manual durante tu vida, acude a tu médico.