Clarisas de Belorado

Una monja de Belorado se rebela: "Tenía que salir de allí para no pertenecer a esa secta"

Una de las clarisas de Belorado se ha desmarcado de sus compañeras y ha asegurado en una entrevista que el resto de monjas "han caído en manos de una secta".

👉Qué está pasando con las monjas clarisas de Belorado y por qué se han rebelado contra el arzobispo de Burgos

ondacero.es

Madrid | 18.05.2024 18:36

Fotografía publicada en una cuenta en la red social Instagram (@tehagoluz) en la que se ve a una decena de las religiosas Clarisas del Monasterio de Belorado (Burgos)
Fotografía publicada en una cuenta en la red social Instagram (@tehagoluz) en la que se ve a una decena de las religiosas Clarisas del Monasterio de Belorado (Burgos) | Agencia EFE

Las clarisas Belorado "han caído en manos de una secta". Así de tajante se ha mostrado en una entrevista una de las 16 monjas de esta Orden que recientemente ha roto con la Iglesia y con el Arzobispado de Burgos para obedecer a un 'obispo' excomulgado.

Sor María Amparo se ha desmarcado de las que han sido sus compañeras y se muestra muy apenada sobre todo por las religiosas mayores que han quedado en el convento, lugar que ha sido su casa durante casi veinte años.

En una entrevista en el 'Diario de Burgos' califica de "burradas contra la Iglesia" las palabras del nuevo líder del convento, el excomulgado Pablo de Rojas, que las otras religiosas también secundaron en televisión.

La monja explica que cuando De Rojas llegó ella se vio obligada a abandonar el convento : "Nos dicen que vayamos al locutorio a las 16:30 de la tarde y se presenta diciendo que es obispo de no sé qué. Dice: 'desde ahora, yo soy el superior, el que manda en la comunidad, y ustedes están bajo mi jurisdicción'. Y yo me levanté y le rebatí. El Señor me puso las palabras en la boca, lo que tenía que decir: 'Estamos bajo la jurisdicción de don Mario. Él es el sucesor de los apóstoles para la Archidiócesis de Burgos', le respondí. Él me dice que 'eso no vale para nada, no existe' y más burradas contra la Iglesia. Yo por nada del mundo salgo de mi Madre la Iglesia y por nada del mundo dejo mi obediencia al sucesor de San Pedro, que en este momento es el papa Francisco. Estuvo intentando convencerme, pero estuve muy firme".

"No me han dejado despedirme"

Sor María Amparo no sabía nada del asunto y las hermanas mayores tampoco. "He estado tres días sin misa y sin nada, y decidí que así no se podía estar. He sufrido una vigilancia total para que no pudiera hablar con las hermanas mayores. No me han dejado despedirme de ellas. Igual ni saben que ya no estoy allí. Fue una decisión firme: tenía que salir. Sobre todo, para no pertenecer a esta secta, por nada del mundo. En ese ambiente ya no se podía estar", publicó el diario.

¿Por qué empezó todo?

Las religiosas de la orden de Hermanas Pobres de Santa Clara comunicaron su intención de romper con la Santa Sede para ser tuteladas por la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli. Esta es una organización no reconocida por el Vaticano que está dirigida por el autodenominado obispo Pablo de Rojas Sánchez-Franco, excomulgado en el año 2019 por el entonces obispo de Bilbao y actual arzobispo de Burgos, Mario Iceta.

El grupo al que hacen referencia fue fundado en el año 2005 por Sánchez-Franco, seguidor de las doctrinas de un prelado vietnamita que está conectado directamente con la secta de El Palmar de Troya.

"A partir de hoy, día de Nuestra Señora de Fátima del año 2024 nuestra comunidad, saliendo de la Iglesia Conciliar a la que pertenecía, pasa a formar parte de la Iglesia Católica bajo la tutela y jurisdicción de Su Ilustrísima Reverendísima Dr. Don Pablo de Rojas Sánchez-Franco, Obispo legítimo de la Santa Iglesia Católica",

En la misma nota, firmada por la madre abadesa sor Isabel de la Trinidad, niegan su apoyo al Papa Francisco y no reconocen a todos sus predecesores hasta Pío XII, fallecido en 1958.

La razón inicial que parecía motivar esta decisión era la negativa de Roma a concederles la "licencia de venta del convento de Derio". Las monjas acusan a la Iglesia y en particular a los obispos de Burgos y Bilbao, de impedir esta transacción que les proporcionaba la liquidez necesaria para comprar el convento de Orduña y compensar la inversión millonaria realizada en él para arreglar el tejado tras alcanzar un acuerdo de compra con sus titulares.

El abono comprometido nunca llegó y estas, presionadas por los obispos, según la abadesa de Belorado, rompieron el pacto, dejando a la comunidad sin inmueble y con deuda.

Para la venta de Derio, según el Derecho canónico, es obligatorio el visto bueno de la Santa Sede, dado lo elevado de la cuantía.