Durante los últimos días, se han publicado diferentes noticias que confirmaban la existencia de grupos de WhatsApp masivos en los que se intercambiaba contenido pornográfico, violento, racista y homófobo: en San Sebastián y en Madrid, la policía investiga ya el origen de estos espacios digitales y la presencia en ellos de numerosos menores de edad, expuestos a contenido pedófilo y sádico de todo tipo. Al conocer estos hechos, muchos padres se preguntan de qué forma pueden evitar que este tipo de contenidos llegue hasta sus hijos e hijas, inmersos en un mundo de pantallas.
La radical decisión italiana
Tal y como indica el informe "Pornografía y educación afectivosexual" de la Universidad Illes Balears - en la línea de otros estudios del mismo tipo- los niños españoles comienzan a consumir pornografía entre los 9 y 11 años de edad. Este tipo de contenidos son fácilmente accesibles a través de cualquier navegador y, por ello, el Garante de las Comunicaciones Italiano ha abogado por una solución radical: desde el 24 de noviembre, las teleoperadoras italianas están obligadas a bloquear las páginas con contenidos inapropiados (pornográficos, violentos, sectarios...) a las que intenten acceder los menores titulares de una tarjeta SIM. La medida ha sido aplaudido por pedagogos y familias del país, aunque esta presenta algunas limitaciones, pues no afecta a los contenidos de aplicaciones como WhatsApp, X o Instagram.
Cristina Gutiérrez, responsable del área de menores del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) afirma que la vía italiana supone una "solución muy drástica" a un problema que en el país está generando una especial alarma social. Sin embargo, desde INCIBE - señala Gutiérrez- se apuesta por ofrecer guías y consejos para acompañar a las familias en el proceso de aprendizaje digital: "Cada familia tiene sus formas", explica Gutiérrez, que opta por ofrecer recursos y asesoramiento para que las familias adopten las estrategias que consideren más apropiadas basándonos en sus propias dinámicas de convivencia
¿Es efectivo el bloqueo a los contenidos?
La gestión del uso del teléfono y del acceso a Internet es uno de los principales retos de los padres y educadores en el siglo XXI. ¿Es mejor prohibir el acceso, limitarlo o controlarlo? Natalia Jiménez León, profesora de secundaria y madre, lo tiene claro, junto con las más de 60.000 personas que han firmado su petición en change.org, en la que solicita prohibir el uso de los smartphones a los niños menores de 16 años. La profesora aboga por la prohibición total a través de una ley aprobada en el Congreso, y afirma que esta medida "podría ayudar a prevenir problemas relacionados con la salud mental y física", tal y como recoge Europa Press.
José Manuel Suárez Sandomingo, presidente de la Asociación Profesional de Pedagogía y Psicopedagogía de Galicia (APEGA), explica que los contenidos no adecuados se definen por los conocimientos que cada niño tiene para entenderlo y procesarlos. El presidente de APEGA compara la problemática relacionada con los teléfonos móviles y los niños con la llegada de la televisión, cuando los más pequeños estuvieron expuestos a todo tipo de contenidos en la pequeña pantalla, hasta la llegada de la televisión.
Suárez destaca el papel de los padres como responsables de salvaguardar a los niños de los contenidos nocivos, si bien señala que la administración es la responsable de regular y legislar, por ejemplo, sobre las plataformas para que incluyan los sistemas de filtros y control necesarios. Según explica Suárez, si el niño "se sabe supervisado, se va a supervisar él mismo", y advierte de que el uso compulsivo de pantallas puede afectar a la "experiencia directa" de los niños con respecto a otros compañeros y al mundo.
Estrategias activas y pasivas
Cristina Gutiérrez, responsable del área de Menores del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), ha explicado a Ondacero.es que la institución pública apuesta por una estrategia doble a la hora de proteger a los menores de los peligros de Internet: según ha explicado Gutiérrez, es esencial adoptar tanto estrategias "activas" como estrategias "pasivas" para ayudar a los menores a ser "competentes digitalmente".
Para la experta, los principales problemas derivados de la conectividad para los menores son los contenidos ilimitados a los que pueden acceder - sin ningún tipo de filtro-, así como la falta de conocimientos sobre seguridad y privacidad y el riesgo de que usuarios con malas intenciones se pongan en contacto con los menores por vías digitales.
Las estrategias "pasivas" son aquellas que implican una mediación parental, mediante el uso de programas de software o de sistemas de control parental. "El espacio de la familia tiene que ser un espacio muy importante", subraya Gutiérrez, que pone en valor las estrategias activas: estas consisten en generar espacios seguros en los que tanto los adultos y los niños alcancen compromisos y se comuniquen para pactar el uso de las diferentes tecnologías, con los límites apropiados a cada edad
¿Qué herramientas existen?
El Instituto Nacional de Ciberseguridad de España, en colaboración con varias asociaciones de padres, ha publicado una guía acerca de los métodos y sistemas de control parental, que explica como configurar los diferentes dispositivos para restringir los contenidos para los menores. Sin embargo, desde el organismo indican que estas labores de mediación parental "siempre deben de ir acompañadas de actividades digitales en familia que faciliten un clima de comunicación y confianza".
Todos los teléfonos móviles incluyen la opción de establecer un control parental, si bien la forma de implementarlo si se trata de un teléfono con Android o de un modelo iPhone.
Family Link, de Google
En el caso de los teléfonos Android, se pueden configurar controles y limitadores de tiempo de las aplicaciones, así como supervisar la cantidad de uso diario desde el panel de control. Sin embargo, las principales funciones de control parental las concede la aplicación Google Family Link, que se puede descargar de manera gratuita.
Esta aplicación permite a los progenitores monitorizar la actividad de sus hijos desde sus propios teléfonos móviles. Para ello, tendrás que descargar la aplicación, establecer tu cuenta de Google como "administrador familiar" y vincular en la aplicación la cuenta de Google vinculada al dispositivo de tu hijo. Una vez configurado, podrás:
- Activar y desactivar las aplicaciones que puede utilizar el teléfono vinculado. Se puede conocer también el tiempo y la frecuencia de uso de cada una de las aplicaciones.
- Conocer la ubicación del dispositivo en todo momento.
- Limitar el tiempo de funcionamiento de la pantalla, estableciendo un número máximo de horas o una hora de ir a dormir tras la que no será posible emplear el dispositivo.
- Activar la Búsqueda Segura de Google, que excluirá de la lista de resultados las páginas con contenido explícito.
Las herramientas de control parental en Iphone
Los dispositivos Apple con sistema operativo iOS permiten también establecer un gran control sobre el tiempo de uso y los contenidos, desde los propios ajustes del teléfono.
- Se puede limitar el límite de tiempo de uso de la pantalla, salvaguardándolo con un PIN parental.
- Desde "Restricciones de Contenidos y Privacidad" se pueden establecer filtros para evitar el acceso a webs para adultos, empleando el mismo PIN en el apartado "Contenidos web".
- Es posible inhabilitar las compras dentro de la aplicación desde el correspondiente menú en el teléfono.
La funcionalidad "En Familia", que conecta en grupos los diferentes dispositivos Apple, permite geolocalizar los dispositivos y llevar a cabo un seguimiento del tiempo de uso de las aplicaciones desde el teléfono móvil de los padres.
Además de estos métodos de control parental, INCIBE cita otras aplicaciones de monitoreo como Securekids, Qustodio, Norton Familiy y Eset Parental Control. También es posible limitar los contenidos de la mayoría de proveedores, como Youtube, Netflix o HBO, para mostrar a los menores solo un catálogo adaptado a su edad.
La importancia del entorno familiar
La experta propone, por ejemplo, crear "planes digitales familiares", en los que todos los miembros expliquen qué tecnologías y redes usan y cómo las manejan, de manera transparente. Los acuerdos alcanzados desde pequeños, indica la responsable de INCIBE, son clave para que los infantes aprendan a hacer un uso responsable de la tecnología desde pequeños; acostumbrar a los niños y las niñas a participar de estos pactos, ayuda a que, en la complicada época de la adolescencia, se puedan alcanzar acuerdos más específicos sobre el uso de las redes sociales y los smartphones.
La experta recuerda que INCIBE cuenta con una línea de ayuda sobre ciberseguridad (el 017) que está disponible todos los días de la semana, y que ofrece asesoramiento sobre los menores y las redes; si un niño o una niña se ve expuesto a contenidos inapropiados, desde el 017 se ofrecen consejos a los padres para gestionar la situación y hablar con el menor para mitigar el shock o el malestar. INCIBE posee también un canal de denuncia propio, en el que se puede notificar la presencia de material gráfico ilegal en la web.
