En el día número 58 de guerra en Europa, las Fuerzas Armadas rusas han ampliado información sobre la estrategia que seguirá la segunda fase de su operación militar en Ucrania: concentrar su ofensiva en el sur de la región para conseguir "el control total" y unir el Donbás en el este con las puertas de acceso a la región moldava de Transnistria por el oeste y la ya anexionada península de Crimea.
Según ha apuntado el general mayor Rustam Minnekéyev, comandante en funciones del Distrito Militar Central de Rusia, "esto permitiría crear un corredor hacia Crimea y tener influencia sobre la economía ucraniana y los puertos del mar Negro a través de los cuales se envían los productos agrícolas y metalúrgicos a otros países ". Sobre la influencia en Transnistria, el general afirma que es un lugar donde "también se producen actos de opresión contra la población de habla rusa".
Transnistria, una región azotada por la disputa
Esta región, situada al este de Moldavia, es oficialmente parte del país europeo, aunque, tras la caída del Telón de Acero en 1991, la sección más prorrusa de su población declaró de forma unilateral una independencia no reconocida. Un año después, se pactó un alto al fuego que suavizó la tensión pero nunca logró ofrecerle a la ciudad un estatuto oficial que regularizara su situación, tampoco en el intento que Rusia lanzó el pasado 5 de marzo.
Al igual que entonces, la acusación de Rusia a Ucrania de ordenar un "genocidio" contra la población prorrusa, se ha convertido en uno de los principales argumentos de Putin a la hora de justificar la ofensiva militar en su país vecino.
Desde que la resistencia ucraniana comenzó a reforzar sus regiones estratégicas y recuperar algunas de las ya ocupadas, Putin y Serguéi Shoigú, ministro de Defensa ruso, únicamente habían apuntado al Donbás como el objetivo de la ofensiva en una operación de liberación completa del territorio formado por las regiones de Donetsk y Lugansk. Hasta hoy, nunca habían mencionado la creación de un corredor terrestre, tampoco de tomar el sur ni llegar hasta las puertas de Transnistria, lo que abre un nuevo capítulo en la ofensiva.
Las intenciones de Putin que Ucrania denunció al inicio
Por su parte, el Gobierno ucraniano ha denunciado el "imperialismo" ruso y ha destacado que las verdaderas intenciones de Rusia no son "desnazificar" el país, como anunció en un principio, sino que pasan por "ocupar el este y el sur de Ucrania", a pesar de que "muchos de los planes del Kremlin hayan fracasado gracias al trabajo del ejército y el pueblo ucraniano".
Asimismo, fuentes del Ministerio de Defensa del país han enfatizado en la idea de que la ofensiva no se quedará ahí: "después de hacerse con el control del sur de Ucrania, Rusia planea invadir Moldavia, donde dicen que los rusoparlantes están siendo oprimidos".
El nuevo mapa, que Kiev ya predijo al comienzo de la invasión, incorporaría todas las regiones del sur desde Crimea hasta el Donbás por el este, continuando hasta la ya ocupada Jersón, Odesa y, llegar finalmente hasta la frontera europea de Moldavia.
Zelenski, sobre el avance: "Mariúpol sigue resistiendo"
A pesar de la amenaza, el presidente ucraniano Voldímir Zelenski mantiene el optimismo y asegura que, aunque "están acumulando fuerzas, llevando nuevos grupos tácticos de batallón a nuestra tierra, ninguno de estos pasos ayudará a Rusia. Solo pueden retrasar lo inevitable: el momento en que los invasores tendrán que abandonar nuestro territorio". Sobre la supuesta ocupación de Mariúpol que hoy celebraba Putin, el presidente ucraniano ha asegurado que "la ciudad sigue resistiendo".
Mientras tanto y según ha asegurado la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania, en el resto del país "las Fuerzas Armadas rusas están finalizando el reagrupamiento de las tropas".
Ahora intentan, agregó, identificar "en todas las direcciones" las posiciones más vulnerables del Ejército ucraniano.