Kopacz pretende someter el plan a la aprobación del Parlamento antes del final de la presente legislatura, que concluirá el próximo 25 de octubre con la celebración de elecciones generales.
El Ejecutivo podría destinar más siete millones de euros a este programa de repatriación que, como explicó Kopacz, "no será un proceso fácil", ya que muchos de los descendientes de los polacos deportados en la década de 1930 han perdido contacto con la lengua polaca y necesitarán ayuda para encontrar trabajo en el país centroeuropeo.
El plan busca traer de vuelta a las decenas de miles de personas de origen polaco que residen, sobre todo, en Ucrania y Kazajistán, pero también en otros puntos de la antigua Unión Soviética.
Hasta el momento, y a causa de la guerra en el este de Ucrania, las autoridades polacas han facilitado la llegada a Polonia de 180 ucranianos de origen polaco que residían en las zonas más afectadas por el conflicto armado.
La medida anunciada por Kopacz responde a los críticos del programa de refugiados impulsado por la Unión Europea, quienes argumentan que la primera obligación de Polonia debería ser la atención hacia los polacos desterrados durante la dictadura de Stalin, y no hacia los sirios y resto de refugiados que llegan ahora al continente.
El plan se hace público en medio de una campaña electoral que se ha radicalizado tras la llegada de cientos de miles de refugiados a Europa, con el partido opositor de corte nacionalista Ley y Justicia como favorito en los sondeos.
Más de la mitad de los polacos (un 56 %, según recientes encuestas) se muestra en contra de acoger a refugiados musulmanes, un estado de opinión que pesa en las políticas del actual Gobierno y que es clave para entender la beligerancia inicial con la que Polonia se opuso al sistema de cuotas propuesto por Bruselas.
Tras esas reticencias iniciales, la primera ministra, Ewa Kopacz, aceptó una cuota inicial de 2.000 refugiados, y después dio su visto bueno a otros 5.000 más, aunque todavía mantiene la preferencia de que los refugiados que lleguen a Polonia sean cristianos.