El líder socialista, Pedro Sánchez, ha abierto el debate de investidura que se celebra hoy y mañana con una intervención de casi dos horas. Al comienzo de su discurso se ha referido a las manifestaciones que se están llevando a cabo estos días, ha expuesto los objetivos de su futuro Gobierno y ha culpado al Partido Popular de la crisis en Cataluña.
Con su exposición, Pedro Sánchez ha intentado lograr la confianza del Congreso, para ello ha explicado cuál será su programa de Gobierno con la enumeración de las medidas sociales y ha defendido la amnistía como "una medida de gracia" que ayudará a la convivencia en Cataluña. Pese a que ha retrasado hasta el final de su discurso mencionar la amnistía, ha acabado hablando de ella y ha realizado hasta 11 alusiones. Asegura que impulsará la convivencia en Cataluña, en 11 ocasiones también se cita la comunidad autónoma.
El candidato socialista ha propuesto al país dar a España cuatro años de progreso y decir adiós a la ultraderecha, descartando "la política del insulto y el odio". El término 'ultraderecha' es el que más veces se ha repetido durante las casi dos horas de alegato, 32 veces se ha referido a ella. Considera que si "seguimos normalizando la ultraderecha", las políticas elevarán la agresividad.
Por otro lado, el socialista no ha nombrado en ninguna ocasión el referéndum o consulta, ni las nacionalidades vascas y catalanas. El nombre de Puigdemont tampoco se ha escuchado y no ha habido referencias a Junts, PNV, Esquerra o Bildu. No ha mencionado ni el acuerdo político con Junts per Cat, ni el verificador internacional, ni la deuda catalana, ni el traspaso del 100% de los impuestos a Cataluña. Sin embargo, ha citado tres veces a Sumar.