El congreso de principios de abril de 2022 trataba de cerrar la herida abierta mes y medio antes con el notorio enfrentamiento entre el anterior presidente del partido, Pablo Casado y la presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Una disputa que estaba desangrando a la formación política tanto en apoyo electoral como en una crisis de liderazgo interna. Después de los difíciles días del mes de febrero en el que la convulsión llego a límites insospechados, la convicción en el partido es que había que cerrar la herida cuanto antes.
Alberto Núñez Feijóofue aupado por unanimidad a la presidencia del PP, tanto por parte de la militancia como de los dirigentes regionales y también por los expresidentes de la formación. Era la única solución para reconstruir un partido de gobierno que en esos días estaba acechado en los barómetros electorales por VOX y que se precipitaba hacia el abismo político.
Con el apoyo del Partido Popular andaluz y presidente de la Junta, Juanma Moreno, y con la entente con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, Feijóo diseñó una dirección de fieles escuderos con un reparto equitativo de representación de las distintas "baronías".
Pasados doce meses, el PP lidera las encuestas con varios puntos de ventaja sobre el PSOE y con serias posibilidades de lograr el gobierno en las elecciones de final de año, o sólo, como le gustaría o en compañía de otros. Fuentes de la dirección popular destacan además que han pacificado el partido con la celebración de los congresos regionales sin mayor problema en la mayoría de los territorios dando una gran libertad a sus lideres regionales para definir la estrategia y la confección de las listas.
Feijóo ha logrado también en este último año algo que parecía imposible; reunir a los dos expresidentes del partido y del Gobierno, Mariano Rajoy y José María Aznar durante la convención municipal celebrada en Valencia. No sólo consiguió la foto de ambos y con ambos sino que trasladó la sensación de que han enterrado sus diferencias históricas y por tanto fundir las dos almas del PP. Pretenden en Génova que este hecho refuerce las candidaturas populares de cara a las elecciones municipales y autonómicas de mayo, como la victoria por mayoría absoluta en las elecciones andaluzas reforzó el liderazgo del nuevo presidente popular.
La nueva dirección popular ha querido conmemorar este primer año al frente del partido no con un gran acto político en el que se recuerde lo ocurrido hace doce meses en Sevilla, sino trasladar el protagonismo a la militancia que fue la que mas sufrió durante la "semana trágica" en Génova. De ahí el hecho simbólico de entregar los carnés de militante a un representación de los casi doce mil españoles que se han apuntado al partido desde el pasado congreso de Sevilla.
