El albergue ofrece además 30 plazas de alojamiento en régimen de pensión completa para personas con extrema necesidad, generalmente por un plazo máximo de 8 días. Muchas de estas personas combinan la estancia en el albergue con la intemperie de la noche, generalmente porque no tienen un lugar alternativo donde ir.
Este invierno en la capital de La Plana, son unas 15 personas las que duermen en bancos, portales y cajeros, las mismas prácticamente del año pasado, no solo inmigrantes, también público nacional. Generalmente son hombres con gran desarraigo social, afectados por la adicción al alcohol y en muchas ocasiones sin ánimo de aceptar las normas de convivencia del albergue donde tienen que cumplir no solo unas normas de horario sino también otras de higiene y aseo personal.
Tanto el albergue de Castellón como la iniciativa “Café solidario” de cruz Roja, atienden a este colectivo del que el resto de los mortales solo nos acordamos en Navidad, quizás por ser unas fiestas de obligado carácter familiar, quizá porque es el momento en el que todos hacemos balance del año y revisamos nuestros sueños. Los colectivos de voluntarios que trabajan con estas personas aseguran que no solo en Navidad se necesita la solidaridad, también en el resto del año. No solo ropa, comida o dinero, también tiempo libre porque después de todo, el cariño es el ingrediente más apreciado.