En Onda Cero hablamos con el doctor Óscar Gorría, urólogo de Estudio Médico Navarro, en vísperas del "Movember", el evento anual en el que los varones dejan crecer su bigote durante el mes de noviembre para visibilizar temas relacionados con la salud masculina, como el cáncer de próstata o de testículo.
Gorría asegura que la especialidad de urología se enfrenta al desconocimiento social. El urólogo es cirujano y la patología que atiende comprende el aparato genitourinario masculino y femenino. Señala que el tabú de la salud sexual masculina se está perdiendo, que cada vez más hombres acuden a la consulta preocupados no solo por aspectos funcionales de su sexualidad, sino que también buscan soluciones a problemas o complejos estéticos de sus genitales. Asegura también que cada vez van más en solitario, y no obligados o acompañados por su pareja como ocurría hace años. Sin embargo, sólo 4 de cada 10 hombres acuden al urólogo en algún momento de su vida, mientras que las mujeres frecuentan las consultas de ginecología en más del 80% de los casos. El doctor Gorría señala que queda mucho camino por recorrer para alcanzar la normalización e internalización de la necesidad de realizar revisiones, como ocurre con las ginecológicas femeninas o con la prevención del cáncer de mama, pero poco a poco los hombres se van incorporando a la tendencia del “autocuidado personal” y a preocuparse por sus problemas de salud.
El doctor Gorría explica que las dos patologías más frecuentes en la próstata son dos: la hiperplasia benigna, que es el crecimiento de la próstata como resultado del desarrollo masculino normal, por las hormonas y la edad, y el cáncer de próstata. El cáncer de próstata es el tumor más diagnosticado en los varones, se diagnostican aproximadamente 15.000 casos al año en España y causa 5.000 fallecimientos anuales. En algunos países europeos incluso se ha superado la cifra global del de mama. Óscar Gorría insiste en la necesidad de hacer una detección precoz y deja un mensaje muy claro: cualquier hombre, independientemente de su edad, que padece sintomatología miccional debe acudir a la consulta. En un paciente sin síntomas, a los 50 años debiera realizar un primer control urológico, con la salvedad de aquellos con antecedentes familiares, sobre todo si han fallecido, han tenido un cáncer agresivo o antes de los 50, que deberían hacer una primera visita a los 45 años.
