«Iso é política con minúsculas», «escusas de última hora». En esos términos se refirió ayer el presidente de la Diputación ourensana, José Manuel Baltar, sobre las reticencias de su homólogo lucense, José Ramón Gómez Besteiro, a firmar el convenio para promover la declaración de la Ribeira Sacra como Patrimonio de la Humanidad. La Diputación de Lugo quiere que el proyecto nazca con la participación directa de los 21 ayuntamientos de la comarca y la de Ourense considera que es suficiente con la rúbrica del consorcio turístico, donde están representados todos ellos.
El caso es que la institución lucense ha planteado una especie de ultimátum y amenaza con no asistir al acto, convocado para mañana a las 12.00 horas en el monasterio de San Pedro de Rocas, en Esgos. La maniobra, sin embargo, no ha tenido éxito y ayer Baltar no daba muestras de querer dar su brazo a torcer: «Non ten sentido que nesa comisión estean 21 alcaldes, máis a Deputación de Lugo, máis a Deputación de Ourense, máis o consorcio de turismo. Unha comisión de 24 membros non creo que exista precedente algún na historia da política mundial».
De hecho, el presidente ourensano dijo que seguirá adelante con el proyecto con o sin el apoyo de Besteiro y sin cambiar ni una coma. «O convenio vaise asinar en tempo tal e como dixo a Deputación de Ourense, coa proposta que formulou no seu momento», sentenció Baltar, que añadió que la institución lucense podría adherirse a posteriori: «Non é un convenio pechado, pero non pode esperar porque a Ribeira Sacra precisa de que nos deixemos de palabrería e pasemos ao terreo dos feitos».
El máximo responsable de la Diputación ourensana aseguró que el texto se envió a Lugo el 15 de noviembre y que, desde entonces, «houbo tempo máis que dabondo para discutilo ou para presentar propostas». Baltar aseguró que se reunió con los ocho regidores municipales del lado ourensano para consensuarlo y dudó que Besteiro haya hecho lo mismo. con los suyos «Algúns ao mellor nin falaron cos seus alcaldes», dijo.
Presencia de Besteiro
Sin embargo, desde la Diputación de Lugo esgrimían ayer el apoyo de varios de sus alcaldes a sus reivindicaciones. «Non entendemos, e incluso nos decepciona por parte da Deputación de Ourense, que queira restar protagonismo aos concellos», explica Álvaro Santos, diputado del gobierno lucense. Este insistía en que su institución quiere participar en el convenio -«foi a primeira impulsora desta iniciativa», afirmó- pero dijo que «é imprescindible que os concellos sexan protagonistas».