Esta telemonitorización ha supuesto, además, una motivación extra para los pacientes para mejorar sus hábitos y mejorar su autocuidado. Se ha comprobado, por ejemplo, que los pacientes adquieren una mayor costumbre de pesarse diariamente, porque les gusta hacer seguimiento de sus propias constantes. Y todo ello repercute en la mejora de su calidad de vida, ya que después de tres meses, muchos de ellos son capaces de realizar rutinas y tareas cotidianas con mayor eficiencia, aseguran que sienten menos dolores y acusan menos problemas emocionales. En definitiva, también su estado de ánimo cambia: los pacientes telemonitorizados se sienten más calmados y tranquilos, tienen más energía y se sienten menos desanimados y tristes por su enfermedad.
Entre las conclusiones del piloto destaca, además, que la experiencia del paciente y del profesional con esta aplicación, que han utilizado “en primicia” un grupo de pacientes del Departamento de Salud de Torrevieja, ha sido muy buena y destacan la facilidad de su uso, lo que confirma el impacto positivo de la tecnología en el proceso asistencial. El 92% de los pacientes lo recomendaría y el 100% asegura que la utilizaría para monitorizar su estado de salud. Todos los profesionales implicados aseguran que este control en remoto mejora la atención, ahorra tiempo en las visitas y permite controlar en tiempo real la evolución de cada paciente, con la garantía de que el sistema de alarmas establecido avisa de cualquier cambio importante en las constantes del paciente.