Hoy venía pensando en… las dudas.
Es evidente que el parón mundialista no le ha sentado nada bien al Valencia. Dos derrotas consecutivas, la primera en Villarreal y la segunda, más inesperada, en Mestalla ante el Cádiz han hecho saltar las alarmas. Y no tanto por el resultado, que también, como por el mal juego valencianista.
Me gustó la sinceridad de Gattuso al acabar el encuentro. Sin paños calientes reconoció merecer la pañolada de Mestalla. Y es que los aficionados valencianistas ni se esperaban la derrota ni mucho menos el mal juego que vieron ante el Cádiz. La primera parte fue mala de solemnidad y en la segunda, aunque se experimentó cierta mejoría, apenas fueron capaces de crear ninguna ocasión de gol salvo la que se fabricó Gaya a si mismo. Por cierto, vi al de Pedreguer llevándose el equipo a la espalda pero también le vi desesperado en muchas ocasiones. No cabe duda que él es de los que siente al Valencia dentro del campo y sufre en partidos como el del viernes.
Mi pregunta es que le pasa a este Valencia. Es como si se le hubieran fundido los plomos. Que es un equipo endeble en defensa al que con muy poco se le hacen ocasiones, ya lo sabíamos pero es que ahora no es solo que defiende mal… es que tampoco ataca bien. La primera parte se saldó con 0 disparos a puerta. Ante el Cádiz, si el Cádiz y en Mestalla, sí en Mestalla. Y eso no puede ser, no es de recibo.
Así que en esas estamos. Gattuso tiene mucho trabajo por delante para recuperar anímicamente al equipo, darle de nuevo a la tecla de on y que empiece a funcionar. Y Corona también porque este equipo necesita de manera urgente refuerzos. Mientras es normal que a nosotros nos asalten las dudas y se nos enciendan las alarmas. Ojalá poder apagarlas este miércoles ante el Real Madrid…