Hoy con Léleman venia pensando en… el Benito Villamarín como “tierra Santa”, tierra conquistada.
Porque donde juega hoy el Valencia, los valencianistas fuimos felices. Sevilla siempre tendrá algo especial para los que sienten el Valencia: la Cartuja con aquella deseada Copa del 99, el Pizjuán con aquella Liga y doblete de 2004 y el Villamarín con aquella Copa de 2019, primer título en 11 años.
Reconozco que pensar en el Benito Villamarín me vuelve nostálgico. Ayer mi buen amigo Nacho me mandaba por tuiter un video de algunas genialidades de Aimar. En ese video salían los Baraja, Albelda, Vicente… qué equipazo! Pensé… y que grandes momentos llenos de ilusión y felicidad vivimos todos los valencianistas en aquellos años. Ojalá existiera una máquina del tiempo para volver y quedarse siempre en ese 2004.
O en 2019. Quien le iba a decir a los valencianistas que festejaban en el Villamarín que ese día se pararía el reloj. Que aquel equipo campeón de copa y con ganas de seguir creciendo y acercarse en la liga a los Real Madrid, Barcelona o Atleti sería destruido de un plumazo. A Lim, Murthy y compañía no les tembló el pulso para mandar a los valencianistas al infierno.
Ese infierno del que está tratando de sacar al Valencia Bordalás. Entiendo que no quiera crear falsas expectativas ni hablar de europa cuando llevas seis jornadas sin ganar. Por eso tal vez hoy sea el día de resurgir, de volver a ganar. Y que mejor escenario para devolvernos la ilusión que aquel en el que se desbordó nuestra felicidad. Porque sí, el Villamarín… es Tierra Santa…