Pape Cheikh, jugador a prueba en el Elche, se formó en las categorías del Celta de Vigo. Debutó en Primera División y estaba llamado a cosas grandes en el mundo del fútbol. Con apenas 22 partidos en la máxima categoría, protagonizó un traspaso sonado a la Ligue-1. El Olympique de Lyon se adelantó a los equipos de la Premier League que también le habían echado el lazo y pagó por él diez millones de euros más cuatro en variables.
Cheikh no confirmó las expectativas y apenas tuvo continuidad en Francia (Olympique Lyonnais y Dijon) y esta temporada en el Aris Salónica. De hecho, desde que salió en 2017 del Celta, cuando más jugó fue en su regreso a Vigo, en la campaña 2019/20, en la que partició en 19 encuentros oficiales entre LaLiga y Copa del Rey.
Rubén Rey, responsable de Deportes en Onda Cero Vigo, cuenta sobre Pape Cheikh que es un centrocampista "potente y rápido" al que le gusta "más el protagonismo ofensivo que defensivo", si bien no se caracteriza por su excesiva llegada. "No es el típico mediocentro africano potente, ya que es un jugador fino de físico, y cuyo principal laguna es que es algo caótico en lo táctico, lo que en ocasiones provoca que tome malas decisiones o que se cargue de tarjetas sin ser duro ni sucio". "Tiene un potencial impresionante y ojalá pueda reconducir su carrera", añade Rubén Rey.
En Vigo también tuvo algún problema extradeportivo del que ahora debe haber aprendido una vez que se ha dado cuenta que se ha quedado sin equipo y que necesita ordenarse para poder aprovecharse el fútbol que aún le queda en las botas a sus 25 años.
