Durante la madrugada del domingo, una fiesta multitudinaria ocasionaba más de un dolor de cabeza a los vecinos del portal número 5 de la calle Simón Aranda. Casi 70 jóvenes se hacinaban en el piso primero desde las 19 horas del sábado y su reunión se descontrolaba por momentos. Los estudiantes vociferaban, lanzaban vasos y botellas a la vía pública e incluso llegaban a vomitar desde las ventanas. Ni siquiera la llegada de la Policía bastaba para poner orden, ya que los jóvenes hacían caso omiso y continuaban con su fiesta. Finalmente, cuando creyeron que los agentes se habían marchado, salieron de la vivienda, siendo identificados. Ahora se enfrentan a sanciones de hasta 750 euros y a delitos de desobediencia y resistencia graves.