Pese a la lluvia, y la nieve, que ha marcado de nuevo la Semana Santa de Valladolid, las cifras de balance no son malas. Los hoteles de la ciudad han cerrado con un nivel del ocupación del 80 por ciento, más todavía en el centro de la ciudad, y los bares y restaurantes han cosechado 'buenas cajas'. Lo peor, la suspensión de más del 50 por ciento de los desfiles procesionales, 16 de 33, lo que ha dejado un poso 'agridulce'. en palabras del presidente de la Junta de Cofradías, José Miguel Román.